La muy descarada siempre nos pedía favores, yo le prestaba mi ropa que cuando me pedía nunca le negaba, había sido ella a mi marido lo que le buscaba. Es la señora de mi hermano, pero me quitó mi marido. Había sido ella le enviaba fotos en ropa interior por WhatsApp y con eso mensajeaban todo el día, mientras yo rompiéndome el lomo, ni para la peluquería tengo tiempo porque regreso a mi casa y tengo que limpiar, planchar y cocinar.

Trabajo en Asunción, llego cuando oscurece a mi casa, pero regresé temprano, me llamó la atención que el negocio estaba cerrado, era temprano aún. Pensé que mi marido se habría quedado dormido a la siesta -pobre- me dije -él es tan bueno, se levanta temprano y seguro estará cansado-.

Entré a revisar en la pieza, y me llevé la sorpresa de mi vida, nunca me hubiera imaginado que realmente se quedó dormido, pero con la muy descarada de mi cuñada. Pegué el grito al cielo, lo que lloré, no podía creer, la muy cobarde salió corriendo y él no sabía dónde meter la cara, tuvo suerte de que no le di una bofetada.

Mientras que él se quedó callado, agarré todas sus cosas y las tiré a la calle. Hasta ahora no hablamos de lo que pasó, intentó explicarme, pero fue tan grande mi desilusión que realmente yo no tenía ganas de escuchar mentiras, ni cómo fue, ni qué fue lo que pasó. Me dijo que necesitaba cariño, que no era suficiente con lo que yo le daba.

Era más que evidente la traición. Lo que más rabia me dio fue que una vecina se me acercó y me dijo que todo el mundo sabía que mi marido se entendía luego hace rato con la fulana, y que yo le descuidaba mucho, al final yo otra vez soy la culpable a los ojos de los demás. Che mo renegá.

Nosotros no tenemos hijos. Tenemos 10 años de casados, hasta el momento no pude tener hijos, y esa es la debilidad de mi marido… no sé… si por ahí ella se le acercó o qué.

Ella es una chica joven, que por lo visto no tuvo suerte con los hombres, tiene 4 hijos de 4 padres diferentes. Espero que mi marido no sea el quinto, eso nomás me faltaría para completar. Me siento mal, tengo problemas en mi trabajo, me peleo con todo el mundo, de repente lloro sin saber por qué. Hasta problemas económicos estoy atravesando. Estoy muy mal, no sé cómo levantarme de esta situación que me tiene muy bajoneada.

SOFÍA, 41 AÑOS,

DE LIMPIO

LA RESPUESTA: FECHA DE VENCIMIENTO AL DOLOR

Potenciar lo que es más valioso en la relación

Depende mucho del amor y el interés que tenga la pareja de continuar. La mayoría de las relaciones de parejas se rompen detrás de una infidelidad, hay una crisis donde queda al descubierto montón de fallas y grietas por donde escaparon aquellos sentimientos que dieron origen a un proyecto de vida en común.

Recomponer la relación requiere esfuerzo, dedicación, respeto y tiempo de atención a lo bueno que hay que potenciar y a lo malo que debe ser resuelto para que el proyecto funcione nuevamente.

Es natural que tengas el ánimo por el piso, pero tenés que sobreponerte. Aparecen sentimientos de rabia, de ridículo, depresión, ansiedad, sentimiento de ser víctima de alguien muy querido, etc.

Sin embargo, es necesario que le pongas fecha de vencimiento al dolor. La desilusión por un engaño amoroso puede durar toda la vida si no hacés el esfuerzo por sanar la herida. A veces se necesita ayuda extra y volver a encontrar razones para seguir adelante. Algunos siguen juntos tratando de sobreponerse al mal rato, otros se separan durante un tiempo y cada quien sigue su camino. Si deciden volver, la clave está en evitar la venganza, asumiendo que si la pareja desea regresar es porque realmente está dispuesta a recuperar lo perdido. Si en cambio, uno de los dos (o ambos) deciden separarse, eso también implica aceptar duros momentos que vendrán hasta lograr una total adaptación a la vida sin el otro. Los recuerdos, sacrificios y todo lo que se invierte en una relación de pareja.

Lo más sano es hablar y buscar ayuda para cerrar la herida abierta en el corazón y sirva para tomar la mejor decisión.

Perdonar no es síntoma de debilidad, porque no se trata de dar permiso al otro para que vuelva a hacer daño, sino que se puede perdonar cuidando de que no nos hagan daño de nuevo.