La atleta Paola García habló con Crónica recordando sus duros inicios en el fútbol. Tuvo que trabajar hasta en una clínica para seguir sus sueños. ¡Emotiva historia!

Por Ricardo Núñez

El fútbol femenino está creciendo a pasos agigantados en nuestro país y la gran historia de “Pao” es un ejemplo de ello. La pelotera empezó desde muy abajo en su tierra natal y ahora se destaca como uno de los refuerzos de esta temporada del club femenino Libertad-Limpeño. La mediocampista llegó desde el conjunto de Junior de Barranquilla, Colombia.

“Comencé jugando al fútbol de salón. Chutando con hombres y mujeres. Claro, en ese lapso también uno sufre de discriminaciones de hombres, niños. ¿Qué jugadora no habrá recibido discriminación de un hombre? A veces dicen que no puedes jugar con los varones siendo mujer. Pero nunca le di importancia. Estaba muy enfocada en alcanzar mis sueños”, recordó la atleta.

“Trabajaba en una clínica de mi país (Colombia), de call center. Pensé que ya no llegaría a cumplir mis sueños porque no me daba el tiempo para trabajar y entrenar a la vez. Hasta que un día el Junior de Barranquilla me ofrece un sueldo para que pueda jugar por el club. Por supuesto que no pensé dos veces y acepté”, reveló García.

Consultada sobre lo que más le llama la atención de nuestro país, dijo: “Me gusta la actitud de los paraguayos, son muy saludables, muy buena gente, por decirlo así. También las ciudades, el clima y la alegría de mis compañeras, me encanta”, soltó la colombiana.

García también agregó que, hasta ahora, lo único que le cuesta mucho es cuando sus compís hablan en nuestro idioma guaraní en los partidos. “Cuando digo ‘uff no puedo’, es cuando ellas hablan en guaraní. Pero ahí vamos, ya voy agarrando palabritas poco a poco”, le bajó Pao.

La colombiana indicó que hasta la fecha se sigue acomodando a su nuevo equipo y, por supuesto, a nuestro país.

“Necesito acoplarme mejor al grupo, entender el juego y compenetrar con mis compañeras. Salir campeona es lo mejor que me podría pasar con este club. Y bueno, ya jugar la Libertadores y que sea Dios quien decida qué hacer de allí en adelante”, soltó la liberteña, agregando que… “Lo importante es que entre de a poco en confianza. Sabía que venía a un club campeón de Sudamérica; entonces, debo tomar la responsabilidad de llegar para aportar y sumar en lo que pueda con mi experiencia y mi fútbol”, comentó Pao.

Por consiguiente, la mediocampista de Libertad-Limpeño indicó que cuando no hay fútbol se dedica a vender minutas o trabaja en cualquier otro oficio que esté a su alcance, como lo venía haciendo en sus inicios en Colombia.

“Si cuando acaba el torneo femenino toca buscar trabajo, para mí no habrá ningún problema, lo que yo quiero es seguir jugando. Si toca trabajar y entrenar, lo hago, con tal de seguir jugando al fútbol”, le bajó la “10”, refiriendo su deseo de que, algún día, todas las futbolistas también puedan vivir solo del fútbol como mayormente ocurre en las divisiones profesionales masculinas.

Paola indicó que uno de sus mayores anhelos es defender los colores del seleccionado femenil tricolor. “Me gustaría destacarme aquí y, por qué no, ganarme una concentración con la selección de Colombia, a ver qué puedo aportar allá” he’i, agregando que ya le tocó compartir con una de sus ídolas… “Me di el gusto de jugar con Daniela Montoya, capitana de la selección. Creo que es muy buena persona y jugadora. Por eso la admiro mucho”, reveló la atleta.

“Amo este deporte y, al principio, muchas personas creían que uno no puede vivir de ello. Es aún muy difícil, pero me gustaría demostrarles a las niñas que están por este camino que sí podemos lograr este sueño de jugar y vivir del fútbol. Obviamente, no con las mismas condiciones que los hombres, pero quizá con el tiempo las cosas vayan cambiando”, soltó la mediocampista, revelando que su modelo a seguir en este deporte es el astro rapai Ronaldinho Gaúcho.