Su debut, las expulsiones que tuvo, sus referentes, una anécdota muy especial con Néstor “Cachito” Espinoza ¡y mucho más!

• POR JUAN VICENTE DUARTE

De perfíl bajo, pero durísimo en la cancha. La historia de Christian Cardozo (42 años) en el fútbol activo se remonta en las dos décadas anteriores a la actual, cuando debutó con el “Chanchón”, a finales de los 90.

En el Kure Luque vivió sus mejores épocas, aun cuando no pudo ganar títulos en su carrera. Para él, el fútbol lo fue y es todo.

“Me dio amigos, me dio la oportunidad de relacionarme con muchas personas, de salir adelante, de poder comprarme para mi casa, de ayudar a mis padres y de poder crecer como persona, me dio todo el fútbol. Con el pasar del tiempo, uno valora mucho más lo que consiguió”, comenta de entrada en esta entrevista con Crónica.

Christian es argentino, pero vivió casi toda su infancia en Iturbe (Guairá). “Vivía con mis abuelos y luego vine a Luque a vivir con mis padres, fue así que probé en las formativas de Luqueño y me quedé”, agrega.

El debut llegó en el 98, pero su consolidación un año después. “En el 98 hubo una huelga de los jugadores profesionales y tuvimos la oportunidad de jugar los que éramos de la casa, pero en el 99 me consolidé”, añade.

Eso sí, había una característica que lo marcaría a fuego en toda su carrera: Su temperamento dentro de la cancha y las expulsiones que ligó.

“La verdad siempre jugué al límite y al borde de la expulsión, siempre fui un jugador temperamental, de ir al roce, los delanteros de antes eran diferentes, más fuertes, más de choque, entonces yo era un jugador que iba mucho al físico, sí o sí tenía una tarjeta amarilla y encima con árbitros como (Carlos) Torres y (Carlos) Amarilla, a los que no se les podía decir nada. Creo que me habrán expulsado como 10 veces en toda mi carrera”, gatilló bien sincero.

Dos partidos muy especiales y que los recuerda con emoción

Las temporadas de 1999, 2002 y 2005 fueron muy fructíferas para Christian. Justamente, dos partidos le quedaron en su memoria como los más especiales que disputó.

“Siempre traigo a la memoria un partido contra Olimpia en el 2002, ellos venían de ganar ese año la Libertadores, íbamos punteros, a estadio lleno. Estábamos perdiendo 1-0, lo empatamos a los 44’ con un gol mío, fue algo muy lindo”, recordó. El otro, también similar, fue ante San Lorenzo.

“Yo estaba en el banco e íbamos perdiendo 3-1 en nuestra cancha. Raúl Amarilla me llamó para entrar, yo me quise morir porque era defensor y el equipo tenía que remontar. Entré y lo dimos vuelta para ganar 4-3. Fue algo hermoso”, remarcó Cardozo.

Admiraba a Chito y Colorado

Como jugador de la época, para Cardozo, verles jugar a Carlos Gamarra y Celso Ayala, era lo máximo.

“Eran los mejores. La defensa que tenía Paraguay era tremenda, el salto de “Chito” era único y Gamarra era impasable, no había forma de superarlo en un mano a mano”, refiere. Agregó que “era mirarlos a ambos y ver qué se podía aprender de ellos. Además, la trayectoria que tenían era impresionante. Creo que esa dupla será muy difícil de superar, aunque ahora tenemos buenos zagueros. Ellos dejaron un legado muy grande”, añadió.

Le rompió la boca a “Cachito” ¡en su primer entrenamiento!

Cardozo recuerda como anécdota una sitú ocurrida con Néstor “Cachito” Espinoza.

“Estando en Reserva, entrenábamos antes de la Primera. Pero un zaguero se golpeó y Carlos Arce me hizo jugar en el paralelo. Justo me tocó marcarle a “Cachito” Espinoza, que era el mejor delantero de Luque, y le rompí toda la boca. Ya en el vestuario estaba sentado en la esquinita. Él se acercó y me dijo: ‘Bien pendejo, así tenés que jugar los partidos”, fue algo que le agradecí mucho”, concluyó.