TAIWÁN. Lo que debía ser una amena reunión familiar opa a las trompadas. La discusión de dos hermanitas terminó con palitos incrustados en la cara de una, pero se dio cuenta varios días después que le quedó en el ojo parte del “arma mortal”.

La joven de 29 años tuvo que ser sometida a intervención quirúrgica para poder retirar los palillos de su cráneo, de chiripa pilló el ku’ikue.

Según The Journal of Emergency Medicine, esto no terminó allí, esta taiwanesa, cuya identidad permanece anónima, acudió al servicio de urgencias de un hospital de la zona por haber sido brutalmente agredida por su consanguínea.

La mujer tenía un par de heridas lógicas de un intercambio violento, dos laceraciones en la nariz y debajo del ojo izquierdo.

Los días pasaron, ella siguió su vida normal, pero empezó a percibir que algo no estaba bien y además le faltaban un par de pedazos a los palillos con los que su hermana la había atacado. En ese momento sospechó esos trozos podrían haber terminado en un lugar inesperado, en medio de su rostro. Los palillos efectivamente haíian perforado los huesos de la cara, por lo que esta mujer tuvo que ser intervenida quirúrgicamente para extraer los pedazos de plástico.