En comunicacón con Universo 970, el expelotero de Cerro Porteño que ahora chutará en el Cádiz de España, Santiago Arzamendia, habló con el corazón en la mano y en una extendida nota contó sobre cómo se sentía en el Ciclón de Barrio Obrero.

Santiago Arzamendia irá rumbo a España en los próximos días, y en comunicación con el programa de Versus en Universo 970 habló sobre su paso por el conjunto azulgrana, y en primera instancia tiró: «Se siente raro ahora ver los partidos de Cerro y no estar en la cancha. Mi idea es volver en algún momento para retirarme, le agradezco al hincha y les pido disculpas por no lograr lo que querían, volveré para una revancha. La idea es volver a Paraguay cuando esté por retirarme».

Sobre su ida al Cádiz de España, «Arza» reveló que hace un buen tiempo ya que recibía ofertas del extranjero, pero que su amor por el Ciclón hacía que opte por quedarse en Barrio Obrero. «Estoy feliz por este paso, ojalá me salga todo bien. Decidí irme por el salto a LaLiga de España. Estos últimos tiempos notaba que todo venía encima mío y también por eso quería salir. Le dije al Dr. Ariel Martínez que me dejen salir del club, que era el momento, que no me sentía más cómodo», confesó.

En cuanto a su hoja de ruta en los próximos días, el defensa relató: «el jueves viajo a España con Javier Monges y Roberto Paredes, más adelante, cuando me acomode, se irá mi señora también».

En otra experiencia en el conjunto azulgrana, Santiago reveló una intimidad que vivió con Cristian Insaurralde, cuando este último era todavía pelotero de Cerro Porteño. «En el 2017, Cristian Insaurralde me había prestado una buena cantidad de dinero por una situación mala que estaba pasando por mi mamá, cuando tuve de vuelta la plata le quise devolver me dijo que no lo iba a aceptar, y que la guarde para otro chico que lo necesite más», recordó.

«SENTÍA QUE CADA PARTIDO CON CERRO ERA MUCHA PRESIÓN»

Por el lado futbolístico, Arzamendia confesó que jugar en el conjunto azulgrana muchas veces le pesó mucho por la presión que la gente le metía encima y expresó: «Trataba de dar siempre lo mejor, pero la gente igual me criticaba, por tirar o no tirar centros, por retrasar o no la pelota. Yo veía los partidos y trataba de mejorar, pero la gente me criticaba ya solo por costumbre, eso me generaba mucha inseguridad para volver a intentar hacer centros. Habían mometos que ya no daba más, estar en Cerro era una presión grande, el hincha quiere que de 10 partidos juegues bien los 10, a veces las cosas no salen como se espera».

El chutador profesional además agregó que lo mismo pasaba en la Albirroja, y que lo hablaban mucho con Alberto Espínola: «Siempre hablaba con Beto, y decíamos que la gente nos atacaba mucho, a veces creo que ya lo hacían por costumbre nomás ya».

Eso también le hizo recordar en los partidos del clásico contra Olimpia, cuando loperro le cañeaban por el «huevito que comió» de Otálvaro en uno de esos encuentros y al respecto señaló: «Mucha gente me cuestionaba por no haberle pegado a Otalvaro cuando me hizo ese primer caño, pero me pongo en el lugar del compañero y no da gusto estar fuera. Igual luego tuve mi revancha para cobrarle, pero todo de buena manera».

PENSABA: «OJALÁ NO HUBIESE SIDO JUGADOR»

Por último, el ahora pelotero del Cádiz admitió: «A veces le decía a mi familia que no desearía ser futbolista, pensaba ‘ojalá no hubiese sido jugador’ después de un resultado negativo. Sentía que caía todo sobre mí siempre. Llevamos una vida muy difícil y tenemos que aprovechar cada momento, pero también sabía de mi potencial y esperaba esta transferencia. Ahora estamos contentos con mi familia y mi señora»