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DEVOCIÓN AL DIVINO NIÑO. Ni la pandemia atajó a creyentes

DEVOCIÓN AL DIVINO NIÑO. Ni la pandemia atajó a creyentes

Una gran fiesta vivió ayer la filegresia católica, según manifestaron en tiempos de pandemia la fe es lo único que mantiene al creyente a salvo.

En cada punto del país se pudo observar ayer los festejos por el día del Divino Niño, en donde se ofrecía karu guasu, golosinas y varios regalos a chicos y grandes a modo de pagar sus promesas, ya que le atribuyen milagros al pequeño santo.

Como ya es tradicional en el santuario del Divino Niño en Monte Alto, Atyrá, desde hace 18 años la familia Brítez festeja como una fiesta patronal cada 20 de julio su devoción por el Niñito.

En la pequeña capilla que había sido inaugurada un 3 de enero, pero ahora se ha convertido en un enorme santuario.

Los hermanos Moreno, desde hace varios años llegan cada 20 de julio al lugar para repartir dulces a los niños en honor a su finada madre he’i.

Antes de la pandemia era una fiesta gigante cada año, con un almuerzo comunitario, pero desde el año pasado dejaron de hacerlo para que la gente no se aglomere, pero este año ofrecieron una misa y la gente vino llegando.

“No se le puede prohibir la entrada, muchos traen golosinas y juguetes para cumplir alguna promesa, teníamos el permiso para juntar hasta 200 personas, pero lamentablemente nos superó la presencia de los niños y los devotos, le indicamos a la gente que puede venir a rezar y luego retirarse, pero nuestra gente es un poco indisciplinada”, contó don Miguel Brítez, fundador del lugar junto con su familia.

Milciades Bareiro.

Recordó que al haber perdido a un hijo de un año y un mes en un accidente casero, en ese proceso de dolor iniciaron la devoción al Divino Niño Jesús.

El caballito de Caacupé avei “salvó el día” con las fotitos

No solo devotos y promeseros estuvieron presentes en el santuario, también vendedores de velas e imágenes llenaron el lugar, también desde Caacupé se llegó don Milciades Barairo, con su famoso “caballito” para que más de algún niño puede llevarse su recuerdo. “Después de dos años estoy viniendo acá, en Caacupé no hay nada por culpa de la pandemia, vine a probar suerte y el Divino Niño me bendijo, porque ya salvé el día con los clientes que tuve hasta el momento”, dijo el karai cerca del mediodía de ayer.

Dejó de lado su cumpleaños para celebrar al santo

Eugenia Ruiz.

Este año doña Eugenia Ruiz decidió dejar de lado el festejo de su cumpleños y con todo lo ahorrado para su fecha feliz, que es el 3 de setiembre, decidió gastar en los insumos para celebrar el día de su santo patrono, el Divino Niño y Santa Librada. “Estaba juntando mi plata para festejar mi cumpleaños que es el 3 de setiembre, pero decidí celebrar de esta manera, haciendo un almuerzo comunitario, repartimos más de 200 muslos de pollo con ensalada al vecindario, de esta manera quiero darle gracias a Dios porque nuestra familia está sana y protegida”, expresó.

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