Su pasión por la pelota superó la vocación militar, por lo que, para hacer realidad su sueño, se aventuró en el mundo futbolístico.

• Por Gerardo Benítez Monges

Con disciplina, honor y lealtad estuvo al servicio de la Marina paraguaya en sus años mozos, hasta que su sueño por hacerse futbolista profesional le cambió el rumbo de su vida. Nos referimos a Salvador Medina, un excentrodelantero de excelentes condiciones físicas que cambió las armas por la pelota para marcar muchos goles en su carrera deportiva en varios clubes del país, como así también en el exterior.

“Abandoné el uniforme para jugar al fútbol, yo era suboficial en la Armada Nacional. Haber estado en el cuartel me sirvió de mucho, ya que sin disciplina uno no puede desenvolverse bien en la sociedad”, dijo a Crónica el expelotero.

Contó que trancó con enormes defensores como Rogelio Delgado, Roberto Paredes, Rosa Agustín Pedrozo, entre otros mbaretécho, pero yendo siempre de frente. “Es que yo siempre estuve preparado, justamente por mi paso por el cuartel, tenía muy buenas condiciones físicas. Muchas veces me amenazaban los defensores, me decían de todo, pero era ahí cuando yo más crecía”, contó.

“No me arrepiento de haber tomado esa decisión, porque las cosas me fueron bien; además, la gente de la Armada se sentía orgullosa de mí, más adelante recuperé algunas jerarquías y hoy día soy un personal jubilado y retirado, esperando alguna oportunidad para seguir haciendo lo que tanto me gusta, como dirigir un equipo de fútbol”, señaló.

Medina estudió y se recibió de director técnico tras colgar los botines, con la fortuna de haber dirigido ya varios equipos y selecciones del interior, como así también las inferiores de su querido Sportivo Luqueño.

Chutó en varios clubes, pero en México alcanzó su mejor nivel

Salvador no pasó por las inferiores de ningún club para llegar a Primera; desde muy péndex debutó en el 6 de Enero del barrio Costa Sosa de Luque. “Ahí nací y me malcrié, luego pasé al 16 de Agosto de Guarambaré, jugué en la selección juvenil de la Liga Luqueña y en la Liga Mayor, hasta llegar a Luqueño, a principios de los 80”, contó.

No obstante, en México fue donde alcanzó el pico más alto de su carrera. “En el 86 fui al Morelia de México, donde tuve dos buenas temporadas; ahí marqué muchos goles, hasta que una lesión me dejó de lado”, contó. Su DT en el club azteca fue Antonio Carbajal, un exarquero internacional que jugó en cinco Copas del Mundo.

Campeón con la selección de Intermedia

A más de haber jugado en Luqueño y el Morelia de México, Salvador defendió también los colores del club Boquerón de Ciudad del Este; River Plate, de Asunción; el Delfín Manta de Ecuador; Tolima de Colombia y el Cobresal de Chile. También militó en Tacuary y Humaitá. Integró la selección nacional de la Intermedia, que se consagró campeona de un Sudamericano de ascenso en 1994, disputado en Ciudad del Este, venciendo a la Argentina en la final.

Dijo que a lo largo de su recorrido tras la pelota se ganó una cantidad inmensa de amigos, que hasta hoy día siguen vigentes. “Me llaman de Ecuador, de Estados Unidos y me invitan a ir, creo que el año que viene aceptaré una invitación”, dijo riéndose.

“Siempre me gustó jugar contra los grandes”

Como centrodelantero se caracterizaba por su fogosidad, fuerza, velocidad y resistencia. “Siempre me gustó jugar contra los grandes” dijo, para recordar que a Roberto el “Gato” Fernández, las veces que le tocó enfrentar, le hizo un gol. “Gato ya me tenía miedo, porque siempre le marqué goles, estando en Libertad y en Cerro”, señaló. En México, invitado a jugar un amistoso por el Pumas, contra Necaxa, marcó un gol maradonesco, ya que dejó a muchos por el camino antes de anotar. La prensa de ese país recordó su gol como el que había marcado Maradona contra Inglaterra, justamente en el Mundial que se chutó en suelo azteca.

Como técnico, y tras haber dirigido ya a un montón de equipos, espera que las cosas se normalicen, pues quiere volver a entrar con todo en el mundo de la conducción técnica.