Crónica conversó con el gran Carlos Alberto Guirland, quien con 17 años llegó desde San Ignacio (Misiones) y brilló en el Decano. “Llegué un martes y debuté un miércoles”, confesó.

• POR OSCAR PATIÑO RIVEROS

Fue sin dudas uno de los mejores jugadores que tuvo Olimpia y el fútbol paraguayo en toda la historia, nació en San Ignacio Misiones el 18 de setiembre de 1968, llegó al equipo de Para Uno un martes y Sergio Markarián lo hizo debutar en un amistoso al día siguiente.

Antes de emigrar a la capital el primer club que quiso contar con él fue Cerro Porteño y después le habló la gente de Olimpia y él decidió ir al equipo franjeado.

“A pesar de las lesiones que tuve no me puedo quejar, tuve una buena carrera. Antes de venir a Olimpia, Cerro me habló, pero yo decidí ir a Para Uno, me fui a Olimpia”, contó el exatleta que hoy día es uno de los grandes formadores de nuestro fútbol.

Llegó a Asunción a los 17 años, un martes se sumó al plantel que dirigía el charrúa Sergio Markarián y el miércoles este ya lo puso en el equipo en un amistoso.

“Yo vine para las inferiores y nunca jugué en inferiores, de San Ignacio directo pasé al plantel de Primera División, y estamos hablando del plantel hexacampeón del Olimpia en 1986, que tenía un plantelazo.

“Pasé directo del fútbol del interior a uno de los clubes más grandes del país y apenas llegué Markarián ya me puso en el equipo titular en un amistoso, no sé qué vio en mí, pero siempre le agradecí la confianza. Oficialmente debuté en un clásico ante Cerro Porteño con 17 años, no fue fácil pero en ningún momento me asusté al ponerme la camiseta franjeada. Al principio me costó dimensionar en qué club estaba, con el tiempo entendí lo que significa el Olimpia”, recordó Carlos.

“La final de 1991 perdimos en Asunción”

Carlos Alberto Guirland pudo haber bri l lado mucho más de lo que bri l ló si no fuese por las lesiones, se fracturó tres veces y en momentos claves de su carrera.

No pudo jugar la final de la Copa Libertadores de América de 1989 frente a Nacional de Medellín a causa de una lesión, se recuperó y antes de la final de 1990 contra el Barcelona de Ecuador se volvió a romper.

Para la final ante Colo Colo de Chile sí ya estuvo al 100%, pero no logró levantar la Copa. “La final de 1991 la perdimos en Asunción, erramos más de diez goles”, reveló.

“Creo que el Decano podría volver a tener un equipo así”

Desde su óptica Ol impia nunca volvió a tener un plantel como el que tuvo en los años 1989, 1990 y 1991, años en los que hiló tres finales de Copa en forma consecutiva.

“Y la verdad Olimpia no volvió a tener un plantel así, en aquel tiempo éramos como hermanos y creo que, fuera de Éver H. Almeida, todos éramos paraguayos. Creo que el Decano podría volver a tener un equipo así, como el de los años 90, pero no será fácil porque los mejores jugadores se van muy rápido; sin embargo, creo que sí puede. Olimpia es una gran institución y está acostumbrado a los grandes retos”, afirmó.

“El equipo de 1994 estaba para ser campeón”

La cuarta vez que Guirland estuvo cerca de alzar la Libertadores como protagonista fue en 1994, ese año Olimpia tenía un equipazo, en semifinales enfrentó a São Paulo de Brasil. Perdió 1-0 en rapailandia y ganó por el mismo marcador en Asunción. En penales se le fue de las manos el boleto a la final.

“Ese equipo, el de 1994 estaba para ser campeón, teníamos un gran equipo. Contra São Paulo nos cobraron un penal inventado y con ese nos ganaron en Brasil y acá fallamos mucho, pudimos tranquilamente ganar por más de tres goles en la revancha. Fue una enorme tristeza para todos no pasar a la final”, remarcó.

“Rafa Bobadilla fue un genio”

¿Quién fue el mejor jugador que viste?, fue la consulta y sin dudas responde “jugué con muy buenos jugadores, pero el mejor de todos fue Rafael Bobadilla, él fue un genio del balón”.

Hace varios años Guirland trabaja formando jugadores, algunos de los que pasaron por sus manos son Jorge Recalde, Ángel Cardozo Lucena, Gustavo Gómez, Dionisio Pérez y varios más. “Agradezco al club Libertad y al señor Horario Cartes por la oportunidad que me dieron y me siguen dando”, afirmó.