De Peñarol llegó a Olimpia, solo por media temporada; sin embargo, echó anclas y se instaló en suelo guaraní.

• GERARDO BENÍTEZ MONGES

Eduardo Rivera, actual técnico de Cerro Porteño de Presidente Franco, tuvo sus momentos de gloria chutando la pelota. Con 17 años de edad debutó en el Rampla Junior de su país, Uruguay, bajo el mando del entonces técnico Hugo Bagnulo. Recorrió por varios clubes de diferentes países antes de recalar en Olimpia, donde finalmente se decidió a colgar los botines.

“De Peñarol fui transferido al Olimpia; había un buen trato con el presidente don Osvaldo Domínguez Dibb y después de jugar contra ellos, la Copa Libertadores de América, tuve la indicación de venir al Paraguay y aquí estoy. Vine por seis meses y ya llevo 40 años en el país”, recordó el expelotero.

“Me casé con una paraguaya, tengo hijos paraguayos, también colombianos y mexicanos; una colección de hijos”, reveló Rivera.

Contó que su venida al país fue un 6 de enero de 1975, lo que consideró su traspaso a Para Uno, “como un regalo de Reyes”.

Dijo que militó en el Franjeado hasta el 77, año que debía volver a Peñarol, dueño de su pase. “Peñarol exigía que regrese, pero yo ya me había instalado aquí, por lo que decidí dejar el fútbol. Comercialmente me iba bien, ya que tenía una empresa de transporte de carga, por lo que tomé tal decisión”, relató.

Rivera conoció otros países como Colombia, México y España, sin embargo, echó anclas en el Paraguay. “Es un país atractivo, sin dudas, hay muchas cosas en común con el mío como su hospitalidad y otras cosas, por eso estoy acá, sino, me hubiera ido a otros países”, le bajó.

“No hay que arrepentirse de nada”

Al ser consultado si no se arrepintió de la decisión tomada, contestó: “En la vida no hay que arrepentirse de nada, la vida es así, con buenos momentos, con altibajos, con momentos agradables, soy un agradecido de la vida, tengo una buena familia, salud, y esas son las cosas importantes que hay que valorarlas”.

Se alejó de Libertad a solo dos fechas de salir campeón

Rivera se recibió de director técnico en México, pero para ejercer su profesión aquí debía revalidar su título; sin embargo, igual le echó curso de entrenador en nuestro medio. Dirigió varios clubes, aunque solo dos en Primera, Luqueño y Libertad. “De los dos clubes tengo gratos recuerdos, aunque en Libertad había un opinólogo que no concordaba con ciertas costumbres, por lo que dejamos el equipo, a solo dos fechas de consagrarse campeón en 2016. Fue una linda experiencia”, le bajó.

“Tengo experiencia suficiente para ejercer esta profesión”

El Rampla Juniors de Uruguay, Junior de Barranquilla, Atlante de México, Granada de España, el Peñarol charrúa, Olimpia, Minga Guazú y 3 de Febrero (Liga Paranaense) y selección Paranaense, fueron los diferentes clubes por los que recorrió. Como DT dirigió varios clubes, la mayoría del Alto Paraná. “Me siento muy bien, y con experiencia suficiente para ejercer esta profesión, he tenido ofertas, pero por razones comerciales no me puedo alejar mucho de la zona”, señaló. Dijo que la comunicación entre técnico y jugador es más que importante, pues consideró que el pelotero es la herramienta de un técnico para salir adelante.