Diego Esquivel, un artesano de la ciudad de Tobatí, sorprendió ayer al rollo con sus grandes obras. Aseguró que todo lo aprendió de su papá.

En la ciudad de Tobatí, departamento de Cordillera, la herencia sembró en una familia un don que no todos pueden tener.

Las manos se enredan entre las ramas que después de hacer un ritual antiguo poco a poco van tomando forma, convirtiéndose en la reliquia más grande del Paraguay.

“Todo lo aprendimos de mi papá. Desde que tengo uso de razón se dedica a esto, al ysypo. Hacía el famoso ajaka, pelotas, cajas, lo que sea, pero que se pueda usar”, comentó a Crónica Diego Esquivel (34), un hombre que hizo magia con el arte y sorprendió a todo el país con lo que su amor por él y su ingenio crearon.

Junto con toda su familia, desde tempranas horas inician la danza con las manos en compañía del material que forjó sus vidas, el ysypo, para poder crear criaturas esculpidas por “el propio Dios”.

“Siempre seguíamos haciendo las canastas, pero una vez un señor nos pidió hacer un animal, probamos, nos salió y entonces decidimos hacer esto que es nuevo para todos nosotros”, detalló el artesano. Ahora sus ojos brillan y se remojan de una que otra lágrima mientras observan su amplio campo lleno de seres hechos de vida, de amor, que fueron creciendo en uno de los talleres en donde más recuerdos guardan, ya que ahí aprendieron todo.

“Hacemos todo tipo de animales. Desde elefantes, monos, jirafas, yacaré, todo lo que la gente pida y en tamaño real. Nos emociona ver todo lo que pudimos hacer”, indicó Diego.

El artesano aseguró que el arte les regaló las mejores experiencias y los recuerdos más lindos de toda su familia, ya que juntos “amasan” las ramas y las convierten en arte.

Quiso ser un radiólogo, pero no se dio ra’e

Si bien, al principio, quiso renunciar a eso que hacía con sus manos desde que era solo un niño, Diego aseguró que la vida misma le fue colocando de nuevo a ese humilde y difícil trabajo que no podría olvidar nunca. “Estudié radiología, terminé mi carrera y no pude dedicarme a eso porque no encontré un rubro. Entonces decidí meterme de lleno otra vez a la artesanía y esto es lo que hacemos hasta ahora con mi familia”, detalló.

Explicó que desde hace tres años vienen trabajando con los animales de ysypo, tras el pedido que dio a luz a todas las obras de esta creativa familia. “Es un trabajo largo, pero le damos tanto amor y por eso no sentimos cansancio, nos gusta mucho lo que estamos creando”, detalló.

Materiales del bosque para recrear a los animales

Los animales de Diego y su familia fueron hechos para la venta directa. El artesano dijo que estaban viendo la forma de publicar el gran trabajo que hacen con maderas y ramas recicladas para poder llegar a más personas.

“Todo lo que hacemos sacamos del bosque, nos vamos a juntar las ramas, raíces de árboles, todo reciclado para poder crear los animales”, explicó. Aseguró que los animales llevan al menos un mes para ser creados para poder cumplir con cada detalle de sus cuerpos. “Si tenemos todo el material nos puede tomar hasta un mes. Es un trabajo lento, pero cuando terminan son sorprendentes, hasta nosotros nos quedamos maravillados”, contó.