Solo puede comer un alimento especial dos veces al día y hacer caminatas 45 minutos de mañana y tarde para bajar de peso.

Gracias a su carisma, “Killer Jurisprudencia”, la mascota de los bomberos de la segunda compañía de Santísima Trinidad fue ganando muchos amigos, lo que también lo llevó a aumentar de peso. Con su carita de buen amigo, el rollo le invitaba como mínimo una empanada con pan. Y él, sacudiendo la cola como las aspas de un ventilador de techo, decía gracias.

El tema es que entre visita y visita, entre empanada y empanada, tuicha ikýra el amigo. Es por eso que ahora sus papás adoptivos lo están poniendo a dieta para que pueda recuperar su figura, no para el verano que se aproxima, si no que por los kilos de más ya que el jagua’i más famoso de Trinidad ya tiene ra’e problemas de la cadera.

Como este popular “firulais” no rechaza ninguna invitación, a los bomberos del cuartel se les ocurrió ponerle en la espalda un pañuelo en donde dice que está a dieta y que ya no le den de comer porque se halla bajo un estricto tratamiento.

“‘Killer Jurisprudencia’ llegó al cuartel hace 9 años. Acá se le puso el nombre de ‘Killer’ y en la Facultad de Derecho, donde se va todos los días a recorrer, le agregaron el Jurisprudencia. De cara dura se quedó aquí y es la mascota más querida por todos”, contó la capitán de la segunda compañía de bomberos de Trinidad, Cecilia Ortiz.

Dijo que, “todos le invitan de comer y él no rechaza nada. Pero el problema es que subió mucho de peso y le está pasando factura. Ahora lo estamos queriendo poner en forma, porque con su sobrepeso empezó a tener problemas en la cadera”.

Como si no le bastara el “pechazo” en la Facultad de Derecho y en los alrededores del cuartel, también se hizo de “kape” en una construcción que está cerca del predio de los bomberos.

“Acá cerca también hay una obra en donde él también ya hizo amistad con todos los trabajadores. Ellos también le dan de comer y no rechaza nada. Es impresionante cómo se hace querer”, contó.

El jagua’i luce chusco su pañoleta en el cuello, sin darse cuenta que ese es el motivo por el cual ya nadie le invita las empanadas con pan.

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“Como no podemos dejarle encerrado, le pusimos un pañuelo pidiendo a la gente que ya no le dé de comer”, he’i la capitana.

La voluntaria contó que se formó un grupo de bomberos que se encarga exclusivamente de las mascotas y los más gorditos son los que le sacan a pasear al perrito con sobrepeso. “En cada guardia se designó a alguien encargado de hacer que el perro cumpla con su faena. Hacemos que la persona más gordita acompañe a ‘Killer’ a sus caminatas diarias de 45 minutos que forman parte de su tratamiento”, dijo Ortiz.

“Durante todo el día él sale a recorrer, y hay que llevarlo porque o sino no camina”, comentó. Como a más del sobrepeso está el tema de la edad, no es que este ‘firulais’ sea un ‘derroche’ de energía, por lo que se ven en la necesidad de ponerle a un “compañero” que le haga caminar. Y de paso, también baja él o la que lo saca a pasear.