El exfutbolista de solo 27 años dejó el fútbol hace dos años a causa de las lesiones, pero gracias a su esfuerzo no se quedó con las manos vacías, ya que culminó la carrera de Derecho.
- POR OSCAR PATIÑO RIVEROS
Hay veces que el fútbol te da la espalda o te cierra las puertas pese a todos los esfuerzos que uno haga, y es allí donde se debe tomar la decisión de sentarse a llorar por lo sucedido o buscar un plan “B” para salir adelante.
Aníbal De Jesús Castro López (27 años) fue uno de los tantos futbolistas que no llegaron a hacer realidad su sueño a raíz de sendas lesiones, pero al mismo tiempo fue uno de los pocos que aprovecharon el plan “B” que la vida tenía preparado para él. Dejó el deporte rey hace dos años y a principios de este 2021 se convirtió en abogado, gracias a la beca que le otorgó el club Libertad.
Crónica conversó con él y esta es su historia.
“Nací en Coronel Oviedo el 7 de junio de 1994, comencé a jugar en el club Coronel Oviedo desde que tengo uso de razón, estuve allí hasta los 14 años y luego ya vine para formar parte de las inferiores del club Libertad. El profe Roberto Paredes me trajo”, comenzó diciendo Aníbal De Jesús.
Con el Guma fue campeón en la categoría Sub-15, pasó por la Sub-16, volvió a ser campeón con la Sub-17, luego militó en las Sub-18, 19 y 20. Llegó a la Reserva, donde fue bicampeón, allí compartió equipo con Ángel Cardozo Lucena, Iván Ramírez, Jesús Medina, Mauro Caballero (h), Alan Benítez, Ángel Benítez, entre otros. Estaba para dar el gran salto a Primera División, pero dos fracturas consecutivas truncaron su sueño, una estando en Ovetense y otra en Rubio Ñu. Pero anteriormente, jugando con la casaca del “Repollero”, ya había roto dos veces los ligamentos cruzados. “El fútbol ya es solo recuerdo para mí, no quiso ser, soy abogado y es gracias a Libertad”, afirmó.
“Muchas veces me pregunté ¿por qué a mí?”
El ahora exatleta de Libertad contó que siempre llevó una vida ordenada, que siempre fue disciplinado y que por tal razón nunca entendió por qué tuvo tanta mala suerte con las lesiones.
“Muchas veces me pregunté ¿por qué a mí, por qué me pasa esto a mí? Yo siempre fui disciplinado, hasta ahora lo soy, siempre me cuidé, pero el destino me dijo que no, el fútbol no era para mí y tuve que dejar a los 25 años”, apuntó.
Tras dejar el fútbol de forma oficial, Aníbal trabajó en una estación de servicio que es de su familia y se adaptó al difícil panorama que se nos presentó con la aparición del covid-19.
“Todo se hizo muy difícil, pero yo nunca bajé los brazos, trabajaba y estudiaba y ahora soy un profesional que se puede defender fuera del fútbol”, acotó.
El gran gesto que tuvo con él el “Repollero”
El hoy profesional del Derecho admitió que estará eternamente agradecido al club Libertad porque le cambió la vida, ya que si no no le daban la posibilidad de estudiar y ante las lesiones que le obligaron a dejar el fútbol se pudo haber quedado con las manos vacías.
“La verdad que yo le debo todo a Libertad porque gracias a ellos soy lo que soy ahora. Incluso después de que terminó mi contrato con ellos siguieron pagándome la Facultad hasta que yo culmine la carrera y esas cosas muy pocos clubes hacen. Libertad es un club que te ayuda a salir adelante, pero vos tenés que poner de tu parte”, he’i.
“El Profe Desiderio Díaz fue como un papá para mí”
Tres de los técnicos que más influyeron en su carrera fueron Roberto Paredes, Eduardo Villalba y Desiderio Díaz, a este último lo considera como un padre.
“Tuve muy buenos técnicos, Roberto Paredes y Eduardo Villalba me ayudaron mucho, me enseñaron mucho, pero Desiderio Díaz fue como un papá para mí, me guió y me aconsejó en todo”, apuntó.
Después les dejó un mensaje a los jóvenes, “yo les recomiendo a los jóvenes que estudien, que se preparen para lo que viene después del fútbol”, gatilló.
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