El futbolista que nació en Areguá hizo todas las inferiores en el club Libertad y a inicios de este año fichó por el equipo de Zeballos Cué.

• POR OSCAR PATIÑO RIVEROS

Tiene solo 19 años y un enorme talento. Lleva el N.º 10 en la espalda y a fuerza de goles guió a General Caballero (ZC) al título del campeonato de la Primera C y el ascenso a la Primera B.

Fue el goleador del torneo con 14 goles y, si se lo sabe llevar, en el futuro puede ser una pieza importante para la selección nacional. Se llama Marcos Javier Rojas Grance, nació el 13 de noviembre de 2001 en la ciudad de Areguá. Crónica habló con él sobre lo que fue la campaña del “Matarife”, sobre sus inicios, las anécdotas con su hermano gemelo (Alejandro Javier) y su sueño de jugar en Primera División.

“Estoy muy feliz por el club, por la gente de General Caballero (ZC) y en lo personal también porque el año pasado a causa de la pandemia no pude jugar, estuve parado y este año, a inicio de temporada, cuando arrancó el torneo soñaba con ser campeón y lograr el ascenso y lo conseguimos, gracias al esfuerzo de todo el plantel, del cuerpo técnico, el profe Roberto Lugo es un gran técnico. Y, por supuesto, el apoyo de todos los dirigentes y la gente, que a pesar de que no se podía jugar con público, nosotros sentimos el apoyo de nuestra hinchada”, afirmó.

Rojas Grance comenzó a jugar en la escuela de fútbol del club Ykua Duré de la Liga Luqueña de Fútbol, luego pasó a General Díaz y a los 12 años fue incorporado por Libertad para sus inferiores; estuvo en las Sub-14, Sub-15, Sub- 16, Sub-17, Sub-18 y Sub- 19; no tuvo la oportunidad de debutar en Primera División con la casaca del Guma.

“Para mí Libertad es mi casa, llegué al club cuando solo tenía 12 años y me siento parte del club. Tuve grandes técnicos como Roberto Paredes, César Brizuela, Desiderio Díaz, Juan Samudio y Eduardo Villalba. Libertad no solo te forma como jugador, sino como persona”, remarcó.

“Mi papá hasta ahora me pone horarios para llegar a la casa”

Para el volante creativo el apoyo de su familia es fundamental, afirmó que sin el respaldo de sus padres y de sus hermanos jamás hubiese hecho todo lo que hizo hasta el momento.

“Mi familia es todo para mí, es mi principal motor. Por suerte vivo con mis padres (Javier Rojas y Lilian Fanny Grance), ellos siempre me han apoyado, en las buenas y en las malas. Mi papá por ejemplo siempre me inculcó el no salir, me inculcó la disciplina, él hasta ahora me pone horarios para llegar a la casa. Como joven algunas veces quiero salir, pero sé lo que eso implica para un deportista. Yo sé cuáles son los límites”, señaló.

Marcos Javier tiene dos hermanos, su gemelo Alejandro Javier y Mathías Javier, de 23 años, estudiante de Arquitectura.

Pidió mayor atención a la Primera C

Confesó que este año aprendió muchas cosas al jugar en un equipo de la Primera C como General Caballero (ZC) y reconoció que la categoría está un poco olvidada por la APF, desde su punto de vista los clubes de esta división necesitan más apoyo en infraestructura, ya que eso también podría permitir que los jugadores de la “C” tengan mejores escenarios para desarrollarse como atletas.

“Hay mucho talento en la Primera C, hay muchos jóvenes que solo necesitan una oportunidad y quién dice que la próxima estrella del fútbol paraguayo salga de la C, pero la categoría necesita más apoyo, está un poco abandonada”, acotó.

“Mi hermano gemelo se fue a rendir por mí”

Tener un hermano gemelo es como tener un doble y los gemelos Rojas Grance son como dos gotas de agua, algo del que el jugador de General Caballero (ZC) se aprovechó para pedirle un “favor” a Alejandro Javier.

“La gente siempre nos confunde, somos iguales, son pocas las cosas que nos diferencian y una vez le pedí un favor y se fue a rendir por mí en el colegio. Él ya había rendido unos días antes y sabía los temas de examen, así fue que rindió por mí”, sentenció.