La cuerona carapegüeña Bassy Romero cuenta cómo dejó de lado su profesión donde “pinchaba” al rollo para volcarse a las pasarelas y querer llegar a los medios.

Bassy Romero (24) era especialista en sacarle la sangre a la muchachada, pero ahora es especialista en hacerle hervir la sangre con sus fotos hot. La cuerona hizo una sesión sexy de fotos en Caacupé y dejó a todos “armando carpa”.

“Yo soy técnica en laboratorio, pero dejé de lado las agujas por seguir mi sueño de ser modelo famosa. Tengo otras aspiraciones como trabajar en los medios”, empieza diciendo Bassy a Crónica y nos cuenta más de lo que era anteriormente su laburo y que su familia en un principio renegó porque la nena de la casa iba a ser modelo antes que una técnica laboratorista.

– ¿En qué consistía tu trabajo cuando eras técnica en laboratorio?

– Técnica en laboratorio clínico sería la asistente del bioquímico. Nos encargamos exclusivamente con el tema de las extracciones de sangre, preparación de muestras, y durante la pandemia sí que con las tomas de muestras del covid estuvimos trabajando mucho. Pero dejé. Vengo de Carapeguá en busca de la fama y esperando una buena oportunidad laboral en el ambiente del modelaje.

– ¿Qué tal hasta ahora? ¿Te va bien como modelo?

– Hace cuatro meses me recibí de modelo. Me va muy bien. No me quejo la verdad. No es fácil, pero las ganas de seguir por el sueño no desisten. Con paciencia se llega al cielo y como dice la frase: “Persevera y triunfaras”.

– ¿Tenés una modelo a nivel local que te guste mucho y que sirva de motivación para vos?

– Sí, tengo a varias en realidad a quienes admiro mucho, pero más a las que vinieron del interior porque cuentan cómo empezaron. Me llenan de valor con sus historias sobresalientes, que siempre siguen adelante y cumplen sus sueños a pesar de las adversidades. Eso motiva mucho porque si ellas pudieron yo también voy a poder.

– ¿Tu familia te apoya en tu carrera de modelo o quieren que sigas tu carrera de técnica de laboratorio?

– La verdad que no tuve apoyo de un principio, pero hay que ser rova’atã mante por lo que se quiere. Luego de muchos intentos fallidos pude terminar mi carrera de modelaje. Al terminar mi colegio ya luego quise venir a Asunción a desafiar este gran sueño, pero mi mamá me dijo que primero tendría que por lo menos tener una profesión segura y después hacer lo que yo quiera.

– Y ahí te metiste a los estudios…

– Sí y trabajando en el laboratorio estudié modelaje y a lo último ya le tuve que desobedecer porque no quiero llegar a vieja y quedar con la ilusión de que quise esto en mi vida. Seguí mi instinto y lo voy logrando de a poco, pero ahora ya me apoya y siente admiración por mí por no desistir a lo que tanto me gusta.

– Pero podés trabajar en los dos ámbitos…

– Si se me da la oportunidad también me animo a trabajar en los dos. Si es que se puede claro, pero cuesta conseguir un trabajo en hospital público. Todo es por política, entonces de momento me dedico al modelaje.