Rogelio Brizuela (foto) se recupera lentamente en Clínicas tras el gesto de amor de María.

Don Rogelio es una persona llena de vida. Nuevamente. Antes de sufrir los dolores de su enfermedad renal, trabajaba en la chacra y además estudiaba en la Facultad de la Universidad Nacional de Villarrica. Hace poco el dolor se volvió insoportable y todo lo que tenía que pasar para su diálisis lo desgastaba mucho. Fue así que su hermana, María Brizuela, decidió donarle el órgano que necesitaba para seguir viviendo.

María, de 35 años de edad, dijo que “no podía verlo sufrir más a mi hermano mayor por lo que decidí donarle uno de mis riñones. Lo hice por el sufrimiento que veía en él y también en mi mamá que la estaba pasando muy mal. Todos sufríamos con mi hermano”.

Rogelio ahora se recupera del trasplante luego de varios años de sentir las secuelas de esta terrible enfermedad. Con sus 39 años no se dejó estar y siguió luchando por progresar y ser un profesional, ya que está siguiendo la carrera de Licenciatura en Educación y solo le falta la tesis. “Estoy terminando ya mi carrera en la Facultad de la UNA en Villarrica y cuando me recupere totalmente voy a seguir con mi tesis que eso nomás ya me falta. Ahora todo es diferente, tengo más fe en que puedo. Mi hermana me devolvió la vida”, dijo muy contento y sonriente.

Su hermana, de profesión enfermera, es la menor de todos los hermanos y hoy está satisfecha por este acto de amor incondicional que le demostró a su hermano. “Estoy muy bien conmigo misma y siento que vale la pena donar”, dijo María que aconsejó a todo que no teman en donar órganos.

DONANTES

La doctora Idalina Stanley dijo que a pesar de la campaña de concienciación que hubo en los medios sobre la donación de órganos, todavía falta más gente que done. Además dijo que actualmente hay 40 pacientes en espera desde hace un año en Clínicas y cerca de 600 personas con diálisis por día.