Con una sonrisa cálida el papa Francisco entró junto a la Virgencita de Caacupé, al llegar junto a ella colocó una rosa blanca a sus pies como forma de rendirle un homenaje. Es la segunda vez que la Basílica recibe la visita de un Papa, el 266 de la Iglesia Católica.

Tras los saludos, se preparó para la misa marcada para las 10:30 horas, el día estaba precioso con un sol radiante y cielo azul. Después del Evangelio de San Lucas, la homilía fue corta, no hubo componentes políticos, pero si dio un mensaje social, no fue una retórica poética, sino tomó los tres momentos críticos de María y los comparó con la mujer paraguaya. “María tuvo tres momentos difíciles, el nacimiento de Jesús no tenía ni espacio ni familiares a quienes acudir; la huida a Egipto, donde incluso la vida corría peligro, migrantes perseguidos por la avaricia y codicia del emperador, y la muerte en la cruz”, indicó el Papa.

Alabó a la mujer y madre paraguaya como la reconstructora de un país tras la guerra, y pilar de la sociedad, muchas veces sola, en un país altamente machista. “La mujer y madre paraguaya que ha sabido levantar un país tiene la genética de la que reconstruyeron su pueblo, han vivido situaciones difíciles sostenidas por la Virgen” dijo. Recordó también a los compatriotas, que a pesar de estar afuera no se olvidan de su madre, la Virgen Serrana.

Después de la bendición -antes de finalizar la misa- agregó el infaltable “no se olviden de rezar por mí”, para disfrutar de una danza que se preparó como homenaje a la mujer paraguaya.

200 mil personas

Contingentes de Argentina y Brasil, principalmente, pero también de otros países latinoamericanos se acercaron para presenciar la misa en Caacupé. El número de fieles fue menor del esperado por los organizadores, la vigilia se realizó tranquila gracias a que el tiempo acompañó. Del millón de personas que se esperaban, a la hora de la misa hubo cerca de 200 mil personas, muchos durmieron en las calles esperando el momento.

Pilamemete es el Santo Padre

Está previsto un equipo médico altamente especializado para actuar en caso de crisis.

El Papa tiene una excelente salud, a pesar del gran esfuerzo que está realizando durante su gira por Latinoamérica y su avanzada edad, ponderó el médico paraguayo que le cuida.

“Realmente es impresionante la vitalidad que tiene este hombre, y estoy convencido de que está ungido por el Espíritu Santo”, sostuvo el doctor Carlos Morínigo.

Es una persona que está acostumbrada a este tipo de actividades, una persona normal no aguantaría, refirió el médico tras la inspección que le realizó poco después de su llegada al país.

Lo encontró contento, sonriente, a pesar del cansancio que denota. “Nosotros terminamos molidos, pero a él se lo veía bien”, manifestó.