A casi tres décadas de la venida de Juan Pablo II, la iglesia de Caacupé ya estaba constituida como el máximo santuario por la devoción del pueblo hacia su Virgencita. En ese entonces, el “Papa viajero” ya la había bendecido. Pero ayer, una vez que terminó la misa que celebró el papa Francisco, se supo que “oficialmente” pasó a ser Basílica menor.
El propio Santo Padre fue el que dio a conocer la información, mediante un decreto. La devoción que siente Jorge Bergoglio hacia la Virgen de Caacupé tuvo mucho peso en la toma de esta decisión.
Los trámites administrativos para que se llegue a esto fueron iniciados a principios de año por el obispo de la Diócesis de Caacupé, y capo de la Conferencia Episcopal, monseñor Claudio Giménez.
Le falta
Ahora la Basílica será “menor” porque a la infraestructura que posee no le da el cuerpo para entrar a competir con las de mayor porte que sí son basílicas a secas. Se dio lectura oficialmente al decreto vaticano y el Papa procedió luego a bendecir el templo y obsequiar un rosario de oro.
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