En realidad para el corazón no hay edad, pero sí la manera de sentir y vivir el amor, las expresiones y la intensidad desafiando las barreras del tiempo.

“Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar” dice un fragmento de la novela El principito del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry.

Cada uno vive a su manera la fase de enamoramiento, con pequeñas o grandes diferencias dentro de cada etapa, cada amor tiene su encanto y se disfruta de acuerdo al permiso que cada uno se da para hacerlo.

Los amigos de la Doctora Amor en el face dejaron sus comentarios para el tema de esta semana, cada uno habló desde su perspectiva del amor, sobre los distintos tonos que tiene amar conforme pasan los años, como Miriam Martínez, quien asegura que es más fantástico a los 40 años, justifica que una persona ya sabe a que atenerse. Para Alcira Ibarra es más intenso a los 15 y con el paso de los años es más puro, más equilibrado cuanta más edad y experiencias se acumulen.

De acuerdo a Santiago Amarilla Vargas el amor no tiene una fecha de vencimiento sigue a los 70; 80 y 90, cada etapa tiene su encanto y cuanto más viejos serán esos amores más sublimes, menos intensos sexualmente, pero sí más afectuosos.

Más allá de los 70

Anna Freixas Farré (Barcelona 1946) es doctora en Psicología en España, en su última investigación antes de jubilarse, profundiza en la sexualidad de las mujeres a partir de los 50 años. Para Freixas, la idea tan extendida de que la sexualidad desaparece a partir de la menopausia es “una tontería de primera categoría. Ni la sexualidad ni el deseo desaparecen nunca. Hemos constatado que hay una importante actividad sexual, cosa que según la teoría no debería ser… Incluso en mujeres mayores de 70 años”. Otra cosa es que las condiciones sociales permitan a las mujeres llevar a cabo su deseo o encontrar una pareja sexual. La investigación no hablaba sobre el amor, pero estima que se mantienen un fuerte vínculo afectivo con una persona a la que quieren, pero con la que la sexualidad hace tiempo que dejó de tener un significado. Muchas consiguen renegociar su relación, llegar a acuerdos con la pareja en los que se separa el amor y la sexualidad.

ALGUNAS ETAPAS

EDAD 15 – 18: Romántico

Esta etapa es cuando todo es nuevo, y tener novio es un superromántico, porque es cuando comienzan los primeros contactos en todo los aspectos. El primer beso, para algunos, ir al cine y tomarse de la mano, puede ser lo máximo.

EDAD 19 – 20: Más emoción

Estás justo en la edad en donde la manzana está empezando a madurar, es el momento de disfrutar pasar el tiempo con los amigos y empezar a formalizar una relación.

Es la etapa de cosas nuevas y de experimentar, pero una vez que te involucras en una relación, te enamoras de pies a cabeza y piensas que por fin encontraste a tu media naranja.

EDAD 20 – 23: ¿Podría ser amor?

Oficialmente adultos. Después de varios años de experimentación crees que tienes el conocimiento suficiente como para dejar que el amor entre a tu vida de una manera segura.

Justo en esta etapa es cuando comienzas a salir con la persona que conociste en una fiesta y piensas que es lo suficientemente maduro y misterioso como para compartir la vida, pero piensan dos veces antes de involucrarse en algo formal.

EDAD 25 – 35: Maduros

Esta es la edad en la que empiezan a llegar puntuales a sus citas.

Algunas de esas citas son con vino y buenos quesos, con pláticas de los problemas actuales de la sociedad, ambos aman tenerse en las fiestas del trabajo y están planeando un futuro en conjunto.

Si estás soltera/o a esta edad, ya te fijas en todo antes de tomar un compromiso, más si hay hijos de por medio.

EDAD 40-50: Más

Para muchos es más complicado encontrar pareja en esta franja de edad, si bien cada vez las personas se comprometen más tarde. Algunas personas se encuentran solos en esta etapa ya sea por una separación o divorcio, una eterna soltería, o por enviudar. Pero son las que más se dan libertad de conocer a otras personas, vivir más sin pensar en el qué dirán, por todas las experiencias acumuladas.