Hace poco más de un mes que doña Norma Sánchez, una docente jubilada de 57 años, le dio la prueba más grande de amor a su costilla pehengue, don Antonio Godoy, a quien le donó uno de sus riñones, ya que el señor sufría de una insuficiencia renal.

El 8 de marzo doña Norma se sometió a una cirugía en el Hospital de Clínicas, la cual –según comentó– le cambió la vida a cada uno de los miembros de su familia, no solamente a su ména.

“En estos momentos estamos excelente gracias a Dios. Ya estamos en nuestra casa de Mbuyapey, estamos felices, no sé cómo explicar lo bien que estamos. Luego de la cirugía recuperé a mi marido, ahora él es el Antonio a quien conocí hace 35 años” dijo la doña.

“Ahora tiene todas las ganas del mundo de vivir, porque antes de la cirugía ya no le importaba nada. Se despierta a las 5 de la mañana y está siempre feliz, incluso tenemos que estar atentos con él, porque tiene que reposar todavía, pero como ya se siente tan bien, hasta quiere hacer la limpieza porque esa es su obsesión, así que tenemos que cuidar para no que haga nada” comentó.

“La recomendación que le dieron los médicos es mucho reposo y cuidar su alimentación, nada de asado kyra y comida chatarra”, contó doña Norma.

“‘PORTATE BIEN’, ME DIJO”

“Cuando a mí me dieron de alta, al día siguiente de la cirugía, yo me fui para verle, pero como no podía entrar a su pieza porque estaba en terapia, yo le miré desde afuera, por medio de un vidrio, y le pregunté si cómo estaba. Él me levantó el pulgar, entonces yo le dije ya me voy y ahí él con señas me dijo ‘portate bien’”.