Antonio escuchó que alguien llamaba a su puerta cerca de las 2 de la madrugada. Con nombre y apellido, desde la calle lo invocaron hasta que abandonó su profundo sueño para –entre los desacertados pasos en la oscuridad de su habitación– encontrarse con la muerte.

Tres disparos, provenientes de un arma presumiblemente calibre 38 acabaron con su vida en la precaria vivienda ubicada en la compañía Isla Aranda de Limpio. Su hija de apenas 15 años también recibió un impacto en la cabeza.

“Antonio Marecos dame cinco mil”, fueron las últimas palabras que escuchó. El comisario Pedro Capdevilla, jefe de la 9.ª Central comentó que el finado había protagonizado una gresca con alrededor de cuatro vecinos en aparente estado etílico en un surtidor ubicado en las cercanías de su vivienda, previamente a la visita mortal. De acuerdo al informe policial, el hombre se había negado a contribuir con el chupi de los presuntos asesinos, lo que causó el enojo de los mismos, uno de ellos un joven que, según la Policía, cuenta con antecedentes por homicidio, quien se encuentra prófugo.

A bordo de una moto llegaron hasta la casa del hombre, quien vivía con su hija Karen Marecos Cristaldo y otros dos hijos. Antonio falleció instantáneamente en el lugar, mientras que la quinceañera fue trasladada hasta el Hospital Materno Infantil de Limpio con una herida de bala con orificio de entrada y salida, de donde fue derivada al Hospital de Traumas de la capital.

DOS FUERON DETENIDOS

Entrada la mañana, agentes de la Comisaría 9.ª de Limpio lograron la detención de dos jóvenes tras allanamientos realizados en la zona. Fueron detenidos Salustiano Ferreira Cáceres (27), alias “Salu”; y Édgar Manuel Sánchez Molina (31), alias “Pipo”, ambos sin antecedentes. Capdevilla manifestó que dos presuntos autores continúan prófugos, entre ellos el principal sospechoso.