Prepararlos para la vida no es satisfacer todas sus voluntades y todos sus caprichos. Aunque a muchos les cueste hay que enseñar a los hijos a oír de vez en cuando un “no”. Si bien no se trata de imponer sino de que acepte libremente, enseñándole el valor y necesidad para la vida.
El cariño es lo primordial para los hijos, pero no hay que confundirlo con darles todos los gustos, sin medir las consecuencias. Hay estudios que identifican que el exceso de mimos echa a perder a los niños; los hijos muy mimados sufren mucho en la vida. Vivirán siempre alterados e inseguros.
Para la educación de los hijos no hay que plaguearse ni enojarse. La ira nos lleva a decir palabras sin pensar y a actuar irreflexivamente. Habla con tu chico con calma y actitudes ponderadas. El hablar sin pensar y el actuar sin reflexionar pueden lastimar, herir, ofender y llevar a cometer injusticias.
Cuando los hijos confían un secreto al padre o a la madre, debe ser como una piedra lanzada al mar. Se esconde en el fondo, nadie la ve, descubre, conoce. Sé siempre discreto, guarda en lo profundo del corazón el secreto de tu hijo porque la confianza, una vez perdida, difícilmente se recupera. Un joven comienza a desorientarse desde el momento en que pierde la confianza en sus padres. Mientras los hijos confíen en los padres, tendrán siempre una luz que los ilumine, una guía que los conduzca y una brújula que los oriente.
El ejemplo
La mejor escuela de la vida es el ejemplo de los padres. Los hijos precisan más los ejemplos que las enseñanza
La misión de los padres
Esclarecer, amar, comprender, incentivar. Actuar así es darle la oportunidad a tu hijo para que se afirme en la vida
Déjalo decir lo que siente
Tu hijo muchas veces precisa decir lo que siente. Escucha con paciencia, aunque hable en forma agresiva e irritada.
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