Desde hace 4 meses que mantengo una relación muy especial con un hombre, lo amo mucho y estoy segura de mis sentimientos, nos peleamos de vez en cuando, pero después todo va bien.

El problema es que tiene una debilidad por los juegos y eso me está quitando el sueño. Confieso que nunca antes me preocupó tanto como ahora que estamos dispuestos avanzar a un nivel más nuestra relación.

Me pidió que me mude a vivir con él y no sé qué hacer, tengo mis dudas… Es que me han contado que una persona tan involucrada con los juegos de azar ya no cambia, flor de timbero resultó ser, que nunca le sobra nada y eso me da miedo.

Estoy segura de que también me ama, pero que su amor al juego es más fuerte, por eso dudo mucho de ser feliz con una persona así. Se va a jugar a las cartas, también prueba los bingos, la suerte en las máquinas de juego, se va todos los días porque hay torneos de póker…, no pierde mucho dinero pero algo seguro pierde.

La verdad que tengo miedo si me dice que va a cambiar y me mudo con él y no cambia. Entonces, ¿vos creés que tengo que seguir igual con él o tengo que dejarlo y hacer mi vida con otra persona?

ANSELMA, DE LUQUE, 31 AÑOS

RESPUESTA: Lo de seguir igual con él o dejarlo y hacer tu vida con otra persona es una decisión personal que debes administrar aprendiendo a controlar temores, siendo realista a sabiendas de lo que quieres con tu pareja. Mucha gente puede mostrar una conducta adictiva al juego, pero no siempre desarrolla la enfermedad conocida como ludopatía. Se considera que una persona es ludópata cuando el juego le esclaviza (no se baña, no come, no duerme, abandona su vida familiar, no le importa nada más que la timba). Si estás enamorada de una persona que vive y actúa en función a los juegos de azar tendrías que animarlo a consultar, porque en principio son los últimos en darse cuenta del problema. Buscá la forma de convencerlo de que al igual que otros vicios como las drogas o el alcohol, daña a la persona y a todos los que ama. En nuestro país existen grupos de ayuda denominados jugadores anónimos que dan una alternativa de asistencia a las personas para salir de la dependencia. La rehabilitación cuesta pero es posible con el apoyo de la familia, la pareja, los amigos.