Cuando uno se propone algo, no hay obstáculos en esta vida que no se puedan superar. Esto lo demostró Celeste, una adolescente de 16 años que, a pesar de estar en silla de ruedas, pudo bailar en el festival organizado en el Centro Educativo Divina Esperanza de Paraguarí, en donde asiste desde hace 3 años.

Allí, con la ayuda de profesionales, recibe rehabilitación a la vez que le enseñan a leer.

La familia de Celeste es de muy escasos recursos. Su madre, doña Rosa, también es enferma, pero aún así debe acompañar a su hija a la escuela para poder copiar todas sus tareas, por lo que no puede trabajar. La familia recibe la ayuda económica de Tekoporã, de 500 mil guaraníes cada dos meses, que estira como chicle para dar algo de comer a sus hijos.

“Vivimos por la gracia de Dios”

“Ahora estoy vendiendo rifas, pero es para poder pagar el transporte escolar que lleva a mi hija a la escuela, nosotros vivimos por la gracia de Dios” comenzó diciendo doña Rosa.

Comentó que el transportista “nos cobra 300 mil guaraníes por mes para llevarle a mi hija a la escuela, y no quiero que deje por no tener cómo pagar”.

Es por eso ña Rosa pide ayuda a la gente “que me entienda sin juzgarme y que nos den una mano. Muchas veces la gente me maltrata cuando pido ayuda, pero aguanto porque todo es para mis hijos”.

Cualquier ayuda para esta familia es válida ya sea en víveres, o también alguna persona que tenga la posibilidad de acercar a Celeste a la escuela, sin cobrarles nada. Para cualquier ayuda pueden llamar al teléfono de doña Rosa (0986) 857-793.