• FE. Pese a que les dieron a sus papis una noticia devastadora, su fortaleza espiritual y la creencia en Ñandejára hicieron que esta historia tenga final feliz.

GUSTAVO GALEANO. Corresponsal.

Las piernas ya no tenían fuerzas. El cuerpo era una hoja de papel incapaz de sostenerse. La luz se tornó borrosa. Los ojos se llenaron de lágrimas y el corazón latió al ritmo de la desesperación. Esas cuatro palabras hicieron que el mundo se les venga abajo a Gloria (40) y Alexis (40), los papás de Cielo Anahí, que estaba empezando con tan solo tres años a librar una batalla de vida o muerte.

“Pese a todo, jamás estuvimos débiles por nuestra fe en Dios” recuerda Gloria, de profesión docente, quien indicó que todo empezó en las vacaciones de invierno de un 2013 que no olvidará jamás.

La familia, de Hernandarias, se iba a separar unos días. Ella llevaría a sus hijas a su natal Coronel Oviedo.

EL CALVARIO

Junto a Cielo Anahí estaba Mía Valentina. La alegría que en su interior sentían las peques, llenas de vida, rápidamente se tiñó de preocupación. Cielito comenzó a arder con una inusual fiebre que no paró en más de 72 horas.

La madre primero acudió a un hospital de la zona. Como todo empeoraba, llamó a su marido, quien ordenó trasladarla a Ciudad del Este.

Los médicos de un sanatorio comunicaron a la familia que las plaquetas bajaban de una manera impresionante. La impotencia de los padres comenzaba a ganar terreno. La niña fue a otro centro privado. Allí les dieron la noticia que no querían escuchar. Leucemia o cáncer de sangre era el diagnóstico confirmado por una oncóloga.

Inclusive no daban mucho porcentaje de vida a la pequeña. “La noticia nos golpeó bastante. Cuando se confirmó la leucemia, la trasladamos al IPS central, donde llegamos completamente asustados” expresó Alexis, quien con lágrimas recordó aquel momento.

EL MILAGRO

Empezó la guerra. La quimioterapia apareció en el campo de batalla apoyada por la unión de la familia y la fe en los de arriba para combatir a ese infierno que golpeaba con dureza a la familia. Cielito no se daba por vencida.

Sentía el apoyo de su familia en esos interminables días de hospital, de sondas que salían de su cuerpo, de días grises en medio de cuatro paredes frías que le robaban la alegría, de agujas que más allá del remedio solo arrancaban lágrimas de lo más profundo de su pequeño corazoncito, momentos terribles.

Gloria mencionó, en medio de ese marco desalentador, que puso a su hija bajo la protección de la Santa Rosa Mística, asegurando que fue la misma quien hizo posible el milagro de que su hija hoy esté con vida.

“Les puedo decir con todas las letras que Dios sí existe, mi hija vive gracias a Él y la Rosa Mística” aseguró.

AGRADECIDO

El papá expresó un eterno agradecimiento a todos sus compañeros de la Cooperativa Ayacapé, que estuvieron al tanto de Cielo en todo momento. Igualmente, a la familia por el apoyo incondicional.

COMO UNA MÁS

Hoy día, Cielo Anahí va al prescolar y recibió a Crónica en su casa de Hernandarias con una sonrisa que denota felicidad. Aún sigue yendo a control, al menos una vez cada tres meses, para estar tranqui.