• FRASES. La joven comentó que loperro le dicen de todo, pero con respeto. “El paraguayo es muy respetuoso”, he’i

Todas las mañanas es hasta si se quiere normal ver una fila de arrieros esperando a ser atendidos en un puesto de ventas de remedios refrescantes en Fernando de la Mora.

La espera no importa, con tal de ser atendidos por la vendedora de yuyos, quien se manda un estadazo de aquellos que deja jurujái y con la boca seca a la perrada como para que el tereré sea más sabroso.

Su nombre es Jackeline Villalba, una cuerona juky que con su belleza natural le hace 6-0 a cualquier modelí, según sus clientes.

Hace unos meses, la vendedora ndirindindín ayuda a su mami en el local ubicado sobre la calle Isla Po’i, Zona Sur, de la la Ciudad Joven y Feliz.

“Si me encuentran sexy, bienvenido sea”, dijo con su voz cálida y sencilla que deja “babeando” a la clientela.

Comentó que efectivamente todos los días recibe piropos de los arrieros que quedan a comprarle algo.

“Me piropean un montón. Algunos me dicen que vienen para verme nomás. Otros me dicen frases famosas como ‘qué lindas curvas y yo sin frenos’. Me piropean, pero con mucho respeto y atención. El paraguayo es un piropeador respetuoso. Yo simplemente me río”, dijo.

Pero detrás de semejante belleza, hay una historia. “Ayudo a mi mamá porque es lo menos que puedo hacer por ella que me da todo. Yo sé que a lo mejor hay chicas que no se animan a trabajar en esto, porque tienen vergüenza. A mí no me pasa eso, el trabajo no es deshonra”, dijo.

“Además, con esto pago mis estudios. Sueño con entrar en la Facultad y estudiar Administración de Empresas o Marketing”, he’i.

“Los muchachos me gritan suegra”

“Los muchachos pasan y me gritan adiós suegra, o los clientes mismos me son muy bromistas, yo me río nomás de ellos”, dijo doña Silveria Acosta, mamá de la joven trabajadora.

“Estoy muy orgullosa de mi hija porque ella con lo que hace se puede comprar para sus cosas y pagar sus estudios que para ella es muy importante. Es un ejemplo para muchos jóvenes que no quieren trabajar”, agregó.

“Por suerte ella es muy trabajadora y me ayuda un montón. Es la primera en levantarse bien temprano para preparar y ordenar todos los remedios en el local como para que el cliente venga y encuentre todos los yuyos que necesitan”, dijo.