Cuando conocer a la persona que te mueve la estantería te sientes afortunado porque al principio te preocupaba que nunca sucediera de nuevo. Si tu corazón late fuerte por alguien, tratá de no asustarte, simplemente dejá que pase.

Si bien ya no eres un pequeño inocente que entrega su corazón de forma gratuita, te entra un miedo extraño. Solo que ahora ya conocés los riesgos reales del amor y lo doloroso que puede llegar a ser cuando lo pierdes, puedes aplicar tus experiencias para no volver a repetir los mismos errores.

La primera vez que amaste y perdiste a alguien pensaste que nunca más lo superarías, que aquella persona sería la única en el mundo para vos y que nunca encontrarías a alguien igual. Pero cuando aparece esta nueva persona en tu vida como que intentás ser amable durante las peleas (y sí que hay peleas). No importa tanto “ganar” la discusión, sino resolver el problema y hacer que las cosas funcionen mejor entre los dos.

La segunda vez que uno se compromete en una relación seria se da cuenta de que los “felices para siempre” son solo una frase. Ya te fijas más en elegir a una persona a quien amar cuando esa sensación de las mariposas en el estómago desaparezcen.

La segunda vez que amás, ya no subes tantos selfies ni compartes tantas expresiones de amor en las redes sociales. Eso lo hacías antes para probar algo, porque estabas muy emocionado de estar enamorado y de que alguien te amara de vuelta. Ahora ya sabes que el amor no se trata de demostrarle nada a nadie. Es solo para vos.

Puede que no seas el novio o novia perfecta, pero eres consciente de las cosas que necesitás tratar de mejorar. Talvez eres demasiado celoso y molestas a tu pareja a causa de eso. No vas a cambiar de la noche a la mañana, pero estás tratando de ser más confiado y de entender que sentir un poco de ansiedad y vulnerabilidad está bien.

Te enamorás más lentamente esta vez, más deliberadamente. No tienes apuro y no quieres enamorarte de cualquier persona. Quieres asegurarte de que ocurra con alguien que vale la pena. El objeto de tu afecto ya no se basa en aquellos intereses “extravagantes”, ahora te das el tiempo de conocer de verdad a esa persona.

Un valor agregado a tu vida

La segunda vez ya no te fijás tanto en la pinta, buscás a alguien que agrega valor a tu vida, alguien que es maduro e interesante y que tiene mucho más que ofrecer que solo “diversión”. Te das cuenta por qué suceden algunas cosas malas. Si tu primer amor no hubiera terminado, no te habrías dado cuenta de lo agradecido que estás por este segundo amor que realmente funciona.