LAMBARÉ. Históricamente se podría decir que la avenida Cacique Lambaré se convirtió en una de las peores calles del departamento Central. Esta fama la ganó por las incontables denuncias sobre la terrible situación en kilómetros de extensión que tiene la entrada a la ciudad.
Los gigantescos cráteres que en muchas ocasiones se encargó de tragarse a uno que otro auto, y se le sumaba los cientos de registros cloacales que adornaban con sus fragancias que no eran precisamente a jardines de rosas.
Aunque hoy en día en algunos puntos se están realizando los bacheos –que la gente espera que sea de buena calidad– mediante la declaración de emergencia vial por parte del Municipio.
De esta manera, la Comuna se encarga de tapar los pozos de las calles, pero la gente sigue esperando que hagan desaparecer esa especie de minipaseo central que en los días de lluvia son una trampa mortal. Con los torrentosos raudales que convierten en ríos esa avenida, ya ha causado cientos de accidentes de tránsito porque el raudal muchas veces supera a ese pedazo de “murito” y los vehículos terminan sobre él ocasionando serios daños a los mismos.
En esta oportunidad el señor Miguel López se sumó a la larga lista de vehículos que fueron víctimas de esta peligrosa idea, que seguramente no se encuentra entre la lista de las mejores obras viales del mundo y, por supuesto, que su construcción tampoco habrá costado nada barato a la Comuna de la ciudad del amor.
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