• COLECTIVEROS. Dos choferes se “desafiaron” sin importarles sus pasajeros

FERNANDO DE LA MORA. El primer roce se había dado en inmediaciones del Hospital Nacional, en zona de Itauguá Guazú. Aparentemente, los ánimos no estaban tan caldeados y tras llegar a un “acuerdo”, decidieron continuar la marcha ambos colectivos. Sin embargo, durante el resto del camino se convirtió en un verdadero infierno para los pasajeros.

En San Lorenzo fue la segunda interrupción al viaje, según comentó el comisario Luis Barrios, donde los colectiveros tuvieron otro fuerte encontronazo. Hasta pararon la marcha para decirse de todo. Sin embargo, siguieron viaje hacia la Ciudad Joven y Feliz.

Ambos circulaban a alta velocidad cerrándose el paso con la intención que uno de ellos pierda el control del rodado exponiendo a los pasajeros.

Los protagonistas eran nada más y nada menos que un bus de la empresa Cotrisa S. A., línea 159 al mando de Ramón Javier Portillo (28), y uno de la empresa 3 de Febrero, línea 454 guiado por Joel Tadeo Rojas (37).

David Alfonso comentó que el “pleitero” fue el conductor de la línea 159, quien en todo momento “desafiaba” al de la otra línea.

Al alcanzar inmediaciones de la Comisaría 2.ª de Fernando, el 454 detuvo su marcha, momento aprovechado por un fulano, quien descendió del otro y con tonito curepí subió al micrito. “No sé si era el chofer del otro bus, le gritó de todo al chofer y después le agarró del cuello”, contó David. Gracias a la rápida intervención volái se calmaron los ánimos y todos regresaron a su rutina.

AL CORRALÓN

La fiscala Karina Giménez, a quien se comunicó el hecho, ordenó que ambos vehículos fueran llevados al corralón de la Patrulla Caminera.

A COMPARECER

Pese a ganarse rápidamente su libertad, la fiscala del caso hizo cita con ambos choferes para hoy a las 8 de la mañana para comparecencia.

Había pacientes y hasta niños, contaron

En el colectivo viajaban una doña con su retoñito, que según contó uno de los testigos, apenas paró el colectivo descendió del mismo, con cara de tormento y temblando hasta las pestañas, solicitando la devolución de su pasaje para abordar otro autobús. En el mismo también viajaba un hombre paciente dializado, quien también se llevó un tremendo susto.

Afortunadamente, no hubo víctimas que lamentar, ya que a su llegada a Fernando de la Mora, finalmente ambos tuvieron que hacer las paces en la Comisaría 2.ª, donde quedaron demorados, para finalmente ser liberados posteriormente por disposición fiscal.