• UNA MATANZA QUE NO SE OLVIDA. Ruidos raros mantienen fresca la memoria de lo que ahí pasó

Dentro de dos semanas se recordará uno de los episodios que marcó un antes y un después en nuestro país: el marzo paraguayo. Desde aquel entonces la vida de muchas personas cambió. Sobre todo de los que fueron testigos de aquel desenlace y hoy lo narran a sus hijos y nietos. Los hermanos José (60) y Miguel (56) Burgos son dos de ellos.

Desde hace hace más de 44 años, ambos laburan en las plazas del Congreso (escenario de la muerte de unas 7 personas de manera “oficial”). Antes que ocurriese la mayor gesta ciudadana en la historia del Paraguay, se quedaban a dormir tranquilamente cuando no podían regresar a sus casas. Pero desde que todo pasó, ya no. Ruidos extraños y voces de alguien que no está les espantan.

“Desde aquel día ya no nos quedamos a dormir ahí. Se escuchan cosas raras, voces, de todo. Y sabés qué, aquí hubo más muertos de lo que se dice”, aseguraron.

“La gente dice que sobre todo en los alrededores de la cruz que se puso en honor a 7 de los fallecidos se escuchan pasos y cosas raras, pero te fijás y nadie está, sobre todo de noche”, agregó José.

Los hermanos recuerdan aquellos días de marzo de 1999 como algo que nos marcó en la vida hasta hoy en día. “Estábamos trabajando, cuando yo presentí que algo terrible estaba por pasar y salí de ahí justo a tiempo, o sino sin dudas que moría en ese lugar”, dijo José.

“Yo tuve que esconderme debajo de mi carrito, pero en un momento dado ya no hubo caso y logré correr y salir de ahí. Fue terrible todo”, dijo por su parte Miguel.

“Hace varios años que ya no viene nadie en el panteón”

Los hermanos Burgos dijeron que en años anteriores los familiares de los fallecidos llegaban hasta la plaza y hermoseaban el panteón dedicado a los caídos.

“Pero hace varios años ya no viene nadie en el panteón. Son héroes olvidados. Los carteles de sus nombres rotos, la cruz en mal estado. Somos nosotros, los que trabajamos por acá, los que solemos mantener limpio el lugar o sino estaría peor. Es muy ingrata la gente”, dijo José.

Siete manifestantes muertos y centenares de heridos

A plena luz del día 23 de marzo de 1999, el vicepresidente de la República, Luis María Argaña, fue asesinado por tres hombres cuando se dirigía a su oficina, ubicada en el centro de Asunción. Su fallecimiento desencadenó una gran movilización popular, que tuvo como resultado la renuncia del presidente de la República, Raúl Cubas Grau.

En su reemplazo asumió Luis Ángel González Macchi. La manifestación duró seis días. En horas de la noche del 26 de marzo se produce un ataque con armas de fuego por parte de francotiradores ubicados en edificios cercanos a las plazas del Congreso o desde las calles próximas, dejando finalmente un saldo de 7 manifestantes muertos y más de 700 heridos. Se desató una verdadera batalla campal en el microcentro, hasta horas de la madrugada.

Los fallecidos

Ellos son José Zarza, Armando Espinoza,Manfred Stark, Víctor Molas, Cristóbal Espínola, Henri Díaz Bernal, Tomás Rojas, Arnaldo Paredes.