• FELICES. Don Félix Rivas ya no podía de la ansiedad, hasta que vio a Eduardo bajar del bus. Allí el mundo se detuvo.

En esta Semana Santa la fe y la esperanza se acrecienta cuando el corazón ansía ese milagro del reencuentro con algún familiar que hace mucho no se ve. Cuando los brazos cargados de caricias esperan el tan anhelado abrazo con ese ser que por algún que otro motivo migró hacia otras tierras.

Esta es la historia de don Félix Rivas (44). Su mirada ansiosa y fija en los colectivos en la Terminal de Ómnibus de Asunción, no esperaba otra cosa que ver descender a su hijo para darle un fuerte abrazo y varios besos.

La espera se hacía larga. Hace 9 años que el don no veía a su hijo Eduardo (20), quien desde muy pequeño fue a vivir a la Argentina con su madre. “La última vez que lo vi era un niño, ahora ya ni sé como será”, bromeó el don.

Finalmente el momento esperado llegó. Cuando don Félix vio a su hijo bajar del micro las palabras parecieron estar de más. Hablaron los gritos, los gestos, las miradas, las lágrimas que “adornaban” las mejillas cuando ambos se fundieron en un interminable abrazo.

“Todavía no puedo creer que lo tenga junto a mí después de varios años. Esto es lo bueno que tiene la Semana Santa, un momento donde muchas familias se vuelven a reencontrar y unen sus lazos después de muchos años”, dijo don Félix.

“Pude aprovechar estos días para venir”

Eduardo comentó que también esperó muchísimo este reencuentro con su padre. “Me fui cuando era niño, extrañé muchísimo sus abrazos y los consejos que me daba”, dijo.

“Pude aprovechar estos días santos para venir a verlo. Me quedaré unos días y lo disfrutaré al máximo con él. Tengo que regresar porque tengo mi trabajo y mis cosas”, agregó. Por su parte, don Félix he’i que “al igual que yo, muchas familias estarán disfrutando del reencuentro con algún que otro familiar. Es lo lindo de la Semana Santa”, expresó.