- SANTITA. La diosa bombonazo confesó a Crónica que en esta Semana Santa se pasó voi de santita, sin tentaciones ni nada
SOLTERITA. Letti Díaz, la sensual Miss Bombonazo, hizo una confesión bastante peculiar en conversación con Crónica sobre su Semana Santa que, a diferencia de las anteriores donde se dejó consumir por ciertos pecaditos carnales, esta vez se pasó voi de santita.
La “muñeca”, piropo que la perrada normalmente elige para hacerse sentir con la cuerona de rostro angelical, comentó que hace una semana se dejó de su novio y esto tiene mucho que ver con que en estos días santos haya seguido al pie de la letra la tradición cristiana de abstinencia carnal.
– Letti, ¿cómo pasaste la Semana Santa?
– No podía ser mejor, por el interior del país y disfrutando de la compañía de mis familiares. Puedo decir con total orgullo que me pasé de santita (risas).
– ¿Por qué te pasaste de santita?
– Porque en esta Semana Santa no fui una pecadora, al menos en lo carnal, hice abstinencia con ciertos placeres que de repente estando de novia igual en los días santos una tropieza.
– O sea, ¿no probaste carne…?
– Y no, esta vez no. Los años anteriores casi siempre estuve de novia y esta vez corté con mi relación una semana antes de la Semana Santa.
– ¿Cortaste para no pecar durante los días santos?
– No, para nada (risas). Pasa que ya no iba a funcionar de ninguna manera y, entonces, la relación ya no tenía sentido. Puede que parezca buenita, pero en mis relaciones soy bastante crítica conmigo misma y con mi pareja.
– Entonces, ¿cómo quemaste tu tiempo en estos días santos?
– Casi igual a un día común. Realicé mis actividades y salí a correr hasta el Viernes Santo, hice cardio en zona de la Costanera de Asunción y luego con mi familia partimos rumbo a Misiones a visitar a unos primos que nos invitaron gentilmente.
– ¿Se puede decir que fue una Semana Santa muy distinta?
– Sí, fue muy agradable. Como te dije, recuerdo que casi siempre estuve de novia y pasé casi todo el tiempo enfocada en mis noviazgos. Esta vez me sentí libre y por sobre todo no tuve en mi mente la carga de haber sucumbido al pecado carnal.
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