Desde hace un tiempo que cada vez que empieza a llover ya no es más correr a meter la ropa nomás, sino más bien correr por nuestras vidas. Con cada lluvia, aunque sea de mediana intensidad, se instala el caos y el peligro en muchas ciudades del país.
La tormenta de ayer no fue la excepción, y más aun debido a que con la catarata que se largó vino también un viento de la gran siete, que según registros llegó a superar los 120 km/h en algunos puntos. Como siempre, una de las víctimas predilectas de las tormentas es la ANDE (y sus usuarios, por consiguiente). El ente reportó en que unos 11 centros de distribución de Asunción y Área Metropolitana se vieron afectados, muchos de ellos por caída de gran cantidad de árboles.
La zona de Ñeembucú, que apenas venía recuperándose de la tormenta anterior, volvió a entrar en alerta roja por la cantidad de agua caída. También se registraron fuertes vientos en la zona de Alto Paraná. Uno de los afectados fue la Expo Santa Rica, donde los stands volaron por los aires.
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