SOÑADORA. Cursa el 3er año de la carrera de Psicología y sueña con llegar lejos una vez concluido sus estudios
CAPIATÁ. Amasar el preparado para la chipa y darle forma para luego llevarla al horno es una tarea que Amelia Vera, de 27 años, hace desde que tenía tan solo 13 añitos. Este “rico” trabajo empezó de una manera repentina, ya que su madre, quien también es chipera, se había enfermado, pero el sustento diario debía llegar a la casa sí o sí. “Desde que era niña salía con mi mamá a la calle a vender, siempre me gustó acompañarla en todo pero empece también con la tarea de amasar y hornear desde los 13 años”, contó Amelia.
El recorrido de la joven chipera se inicia todos los días frente al cementerio de San Lorenzo y termina frente a la comisaría. “Ese era el recorrido que hacía mi mamá antes y ahora yo lo herede. Por suerte ya tengo todo mi clientela que siempre compra”, he’i la entusiasta chipera.
Amelia no solo es una joven valiente que trabaja duro en la venta de chipas, sino también es estudiante de la carrera de Psicología, la cual está cursando en el 3º año. “De lunes a jueves trabajo, pero los viernes y sábado ya no porque tengo que ir a la Facultad, y cuando tengo que pagar ya mi cuota aprieto más con el tema de la venta”, contó la joven en medio de risas.
Resaltó que no solo venden chipa, sino que depende de la temporada para ofrecer, ya que también vende butifarra, chipa so’o y otras comidas típicas preferidas del paraguayito.
Comentarios