Don Marcial Rodríguez (60) es uno de los miles de compatriotas que sufren las inundaciones en la zona de Ñeembucú. Su historia se hizo pública en las redes sociales. El don utiliza su caballo como transporte escolar para llevar a la escuela a su nietito de 8 años y a dos de sus compañeritos, cruzando caminos totalmente inundados.

Contó el porqué quiere que su nieto vaya a estudiar incluso “contra viento y marea” voi. “Las inundaciones no son impedimento para estudiar. Solo estudiando vamos a salir de esta situación. Solo quiero que mi nieto y sus compañeritos sigan ese camino de esperanza, es lo único que nos queda” dijo.

Agregó que “es por eso que colaboro para que el feo trayecto inundado no sea motivo para no ir a la escuela” dijo el karai. Don Marcial recordó que a él le costó mucho estudiar en su infancia, ya que quedó huérfano a los 13 años. “Yo quedé huérfano y no tenía nada, solo unas ganas inmensas de estudiar y decidí sacrificarme” he’i.

Recordó que cazaba kuriju y “vendía su piel, y con lo que ganaba me pagaba mis estudios. Era sacrificado, pero mba’e ajapóta”, contó. “Todos los días hago el recorrido a caballo con los niños. También me ayudan otras personas. A nosotros no nos cuesta nada. Sueño con que en un futuro nos agradezcan ya siendo grandes profesionales” dijo.