Los sueños y las ganas de salir adelante para muchas personas no son obstáculos, y Alan Cardozo es un fiel reflejo de esa lucha constante. El joven de 23 años de día va a la Facultad a estudiar Medicina y en horas de la noche trabaja como mozo en un conocido bar de la capital.

“Desde siempre me gustó Medicina, no veía otra carrera para estudiar. Fue difícil pero tengo que trabajar de lo que sea para poder pagar mi estudio y también mantener a mi familia” decía el joven, quien es padre de un peque de 3 años.

Alan vivió durante 4 años en el vecino país Brasil, lugar donde conoció a su media naranja, con la que se casó y preparó bolsones para volver otra vez a tierra guaraní y empezar una nueva vida juntos.

“Me casé con una brasileña. Allá trabajaba en un hotel como recepcionista. Estaba en el estacionamiento. Y así, hacía de todo, sin dar problemas. Trabajaba para poder conseguir un poco de plata” decía el futuro médico a quien le falta un año más para terminar su carrera y luego especializarse en Anestesiología.

Alan resaltó que cuando volvió a su país pensó que todo iba a ser más fácil por el lado laboral, pero la realidad le enseñó que cuando se quiere algo, se tiene que luchar por eso.

“Pensé que iba a ser más fácil, pero igual, yo trabajo de mozo, de lomitero, de panchero, lo que venga nomás ya hago, no hay problema si el trabajo es honesto”, terminó diciendo el joven.

“Me gusta Paraguay, son todos muy buenos” he’i

Isidora Rodríguez, mujer de 23 años oriunda de Brasil, fue quien decidió dejar las playas de su país para venir a vivir a la tierra guaraní con Alan, el paraguayito quien conquisto su corazón.

“Me gusta Paraguay, son todos muy buenos, y acá vivo con mi marido y mi hijo” decía la brasileña, quien también estudia Medicina y cursa el tercer año.

Ella no se quedó de brazos cruzados mientras su ména va en busca de platita, más bien empezó a tener su propio negocio, a hacer las cejas a todas las chicas de su Facu.

“Yo empecé a ofrecer mis servicios para hacer las cejas en el Facebook y después de ahí las chicas de acá ya empezaron a ser mis clientes” decía Isidora, quien desde hace dos años vive en Paraguay.