Desde hace 35 años, don Pastor Burgos (57) viaja todos los días desde Caacupé rumbo a Asunción para recorrer y vender chipa. Esta es la forma en la que él se gana la vida para a la vez también pagarle la Facultad a su único hijo, quien está estudiando Ingeniería Civil, según relató a nuestro medio.

“Es mucho el tiempo ya que estoy en esto, y es mi pan de cada día esto. Me esfuerzo más ahora por mi hijo que está en el tercer año en una Facultad privada de Caacupé y la cuota cada año es más cara. Hay veces que para alcanzar tengo que hacer horas extras”, empezó relatando don Burgos.

Su trajín empieza a las 07:00 cuando se levanta, se prepara y va directo a preparar su canasto con chipas que preparan en la chipería para la que trabaja, ya que al mediodía tiene que estar vendiendo en Asunción, donde se queda hasta la tardecita. Allí camina alrededor de cinco horas ofreciendo sus productos.

“Camino frente a Emergencias Médicas (ahora Hospital de Trauma), estoy por ahí un rato y luego ya sigo, me voy hacia Mariscal López. Tengo todo mi trayecto”, dijo. Al mismo tiempo comentó que hay mucha gente solidaria que le da agua o tereré cuando pasa cerca de ellos.