¿QUIÉN ES? Soledad Núñez, quien está al frente Senavitat, habló sobre sus gustos y su vocación de servicio social desde jovencita

Jovial y sin protocolos. Humilde y de gran corazón. Pese al pesado cargo que le toca enfrentar día a día, no deja de darse un tiempo para sí misma. A la ministra de Senavitat (Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat), Soledad Núñez (34), le encanta el fútbol, tanto así que todos los fines de semana juega con un equipo de chicas de la que forma parte.

Olimpista de corazón. Su papá le llevaba a la cancha desde chiquita y cada vez que puede va a alentar a su club. También se dedica al tenis y a bicicletear. Es soltera pero con novio y cuenta cómo su pareja la apoya. ¿Quién es la Soledad Núñez sin rótulos? ¡Conocela!

– ¿Cuáles son tus hobbies o pasatiempos?

– A mí me encanta el deporte, los fines de semana me dedico a jugar fútbol, me encanta, hace veinte años que juego en el Centenario. También juego tenis y ando en bicicleta. Lo último hago mayormente los lunes.

– ¿De qué club sos?

– Soy Olimpia de corazón desde siempre.

– ¿Solés ir a la cancha a alentarle?

– Sí, me suelo ir, ahora estos dos meses que estuve con muleta porque me fracturé un hueso del pie justamente jugando fútbol, fue un sufrimiento porque no me pude mover mucho. Pero mi papá desde chiquita que me lleva a la cancha y ahí comenzó todo.

– ¿Qué tal andas de tu fractura?

– Todavía en recuperación con fisioterapia en este preciso momento.

– ¿Sos casada o soltera, tenés hijos?

– Soltera sin hijos, pero tengo novio.

– ¿Cómo se llama, qué hace?

– Él es Bruno Defelippe, tiene una empresa social con un amigo.

– ¿Cómo sobrelleva tu trabajo? Ya que ser el novio de la Ministra ha de requerir mucha paciencia.

– Muy bien, no tengo ningún tipo de reclamo de él en cuanto a lo que tengo que hacer. Incluso los fines de semana, cuando puede me suele acompañar a ver las obras. Siempre hago un tiempo para estar con él, de hecho vivimos juntos ahora. Él me comprende bastante.

– ¿Y tus padres?

– Ellos me apoyaron desde el primer momento. Al principio tuvieron un poco de miedo, porque ellos tratan de cuidarme, pero siempre están conmigo. Siempre me apoyaron en todo.

“Sole”, la joven que pensaba en los demás

Desde muy joven, el espíritu de servicio de la que en aquel tiempo solo era Sole, era bastante fuerte. Siempre se involucró mucho con la gente más vulnerable, tanto así que se lanzó a estudiar Ingeniería Civil en la Facultad de Ingeniería de la UNA, para luego utilizar eso en la sociedad.

Incluso, siendo ella estudiante, con un compañero vieron la forma de reutilizar materiales que se desperdiciaban y construyeron una casa a una familia carenciada en Emboscada.

“Cuando recibo el título yo siento como que había llegado a culminar una etapa muy importante en mi vida. Y miraba mi título y decía ‘y ahora qué voy a hacer con este papel’, que a veces la sociedad te presenta como un modelo de éxito que es como muy individualista. Y realmente eso no era lo que yo quería, yo quería utilizar mis conocimientos para aportar a mi país”, dijo.

“Poco a poco fueron pasando cosas que hicieron que realmente yo encuentre mi propósito”, siguió.

“Esa gente es la que me mueve para seguir”

Otra de las cosas que más le gusta hacer a la Ministra es visitar las obras y ver cómo están. “Para mí eso no es un trabajo, es lo que me apasiona”, explicó. Dijo que el cariño de la gente es algo que no puede medir, pues cuando hace sus visitas la reciben con los brazos abiertos, le invitan a sentarse en su mesa y comer algo, y ella sin problemas se sienta a compartir.

“Esa gente es la que me mueve para seguir. Yo siempre digo que ellos tienen mucho que enseñarnos”, expresó.

Antes de ser ministra ella trabajó para empresas privadas y siempre se involucró mucho en sus proyectos sociales. Fue un tiempo a Chile para trabajar en la Organización “Techo” y cuando se trajo a Paraguay la ONG, fue directora de la misma. Dejó su antiguo trabajo para ganar un sueldo inferior allí, pues al decir de ella, estaba siguiendo lo que le dictaba el corazón.

Luego fue coordinadora del Plan de Reducción de la Pobreza en zonas urbanas y rurales, encarado por el Gobierno y seis meses después pasó a ser ministra. Tiene un posgrado que llevó a cabo en España.