• ¿LE HICIERON BRUJERÍA? El animador cachaquero comentó que anteriormente no lo contaba por lo mucho que sufrió. “Algo me hicieron”, sostuvo.

POR RODRIGO VALDEZ 

“Enamorado de un fantasma que noche tras noche veo pasar”, dice la letra de una conocida cachaca. Esto no estaría lejos de lo que le habría sucedido en su momento al animador cachaquero Rubén Darío Arévalos, “El Principito”, quien con mucho coraje nos contó algo inédito de su vida. “Tuve un romance con un fantasma”, dijo. Para muchos puede sonar hasta si se quiere un tanto insólito, pero para él fue una experiencia que marcó su vida y le hizo sufrir mucho, según contó. “Yo sé que mucha gente va a decir que estoy loco. Cada uno puede pensar lo que quiera, pero esta experiencia fue algo muy duro para mí”, añadió.

– ¿Es cierto eso de que estuviste con un fantasma?

– Esto es algo que anteriormente no podía contar, pero ahora ya tengo la fuerza suficiente para hacerlo porque Dios me sacó esto que me atormentaba. Esto me pone mal, estuve de novio con –no sé cómo llamarlo– un alma en pena, fantasma, o un espíritu, no sé. Suena loco, pero fue así.

– Suena fuerte, ¿cómo la conociste?

– Hace unos años tenía un programa de radio por las noches. Y a eso de las 23:30 me llamaba todos los días una chica. Era increíble, misma hora, todos los días. Un día me citó para un encuentro a ciegas como se dice, me dijo para encontrarnos a tres cuadras del cementerio de Lambaré. Así nos conocimos, era una persona normal, hermosa. Pasó de todo entre nosotros.

– ¿Cómo se llamaba?

– Ni quiero recordar su nombre.

– ¿Y por qué decís que esa ‘chica’ fue un espíritu?

– Porque desaparecía y aparecía de la nada. Yo estaba embobado, como hipnotizado, no me daba cuenta de lo que pasaba. Cada vez que aparecía, estaba más hermosa, más linda.

– ¿Cómo es eso de que aparecía y desaparecía?

– Comenzamos una relación. En un comienzo todos mis vecinos también la vieron, me decían que tenía una suerte inmensa por salir con una chica tan hermosa. Pero después pasó esto de que aparecía y desaparecía. Recuerdo que una vez fuimos juntos a una actuación que tenía. Ella me esperó en un lugar. Al actuar todo, fui a buscarla y no estaba. Bueno, tranquilo, volví a casa, revisé las cuatro piezas que había ahí y tampoco estaba. Entré al baño, volví a mi pieza y ahí estaba en mi cama. “¿Dónde pio estabas?” le dije, “en el baño nomás”, me contestó. ¡Era mentira! Yo acababa de salir del baño. Y así en varias ocasiones se aparecía de la nada y también así desaparecía. Ahí ya comencé a asustarme (comienza a llorar).

– ¿Por qué te ponés mal?

– Porque me cuesta contarlo. A lo mejor muchos van a decir que estoy loco, porque es difícil de creer esto. Yo sufrí un montón.

“Estaba como poseído, me hicieron un exorcismo”…

Siguió contando: “Ella desapareció un buen tiempo de mi vida. Después de unos meses yo estaba en la radio, y desde la terraza veo que está afuera, abajo y me dice con el dedo ‘vení’, yo me iba a tirar desde arriba, no había nadie ahí según mis compañeros, pero yo casi me tiré, estaba en las nubes, embobado, como poseído”, dijo y agregó: “En otra ocasión estaba yo con un amigo caminado y de repente la veo a ella en una esquina. ‘Mirá ahí está, voy a ir a hablar con ella’ le digo a mi amigo, y este me mira y me dice ‘Mba’e nde tavyma pio ‘Princi’, ahí no está nadie’. Ahí me di cuenta que solamente yo la veía. Anteriormente la veían todos, pero después solamente yo”, agregó. “En una de esas vi que desde las aguas del río –ahí cerca de casa– me llamaba, ‘vení’ me decía y yo fui, esa vez me salvó mi hermano y otros vecinos de morir ahogado”, comentó. “En un momento ya estaba totalmente sacado. Me transformé, empecé a hablar otros idiomas, trataban de atajarme y no tenían fuerza por mí. Estaba como poseído. Mis vecinos me llevaron junto a un pa’i y me hicieron tipo un exorcismo para liberarme”.

“Dicen que fue el alma en pena de alguien que sufrió”

– ¿Y qué pasó de la imagen que se te aparecía?

– Luego de eso recorrí muchos médicos, pero nadie pudo hacer nada. Hasta que me cansé y le pedí a Dios que me saque esto y lo hizo. Ahí terminó. Lo tenía que contar alguna vez, y ahora lo hice.

– ¿Decís que te hicieron algún trabajito del mal?

– Algunos me dicen que se apoderó de mí la Diosa del Agua, le llaman Lemanyá. Otros dicen que fue un alma en pena de alguien que sufrió mucho en la vida y que terminó suicidándose, y que a lo me mejor le gustó mi forma de ser. También me dijeron que una chica pudo haberme hecho un trabajo del mal a través de la cerveza. Algo me hicieron.

– ¿Ahora estás tranquilo?

– Sí. Sé que muchos van a opinar de diferentes formas, pero bueno, a mí me pasó. Yo pude salir y ahora disfruto de mi familia, de mi pareja y mis hijos.

“Fui testigo de lo que le pasó al ‘Principito’”

Don Carlos Benítez, vecino del “Principito”, dijo que en varias ocasiones lo ayudó cuando este se “trasformaba” y parecía estar endemoniado. “Yo fui testigo de lo que le pasó al ‘Principito’. También le vi a esa chica. Se presentó, era normal, pero desapareció de la nada”, dijo. “Juntos con otras personas, llevamos al ‘Principito’ junto al pa’i. Se quedó a dormir incluso en la iglesia”, agregó. Comentó que en una ocasión fueron en las cercanías del río y encontraron un nicho y en su interior estaba el nombre del “Principito”. “Un pastor que nos acompañó quemó ese papel. En ese ínterin “Princi” se transformó, no podíamos atajarle de la fuerza que tenía, entre 10 nos pusimos por él”, dijo. “Gracias a Dios él pudo salir de esto y hoy está bien y disfruta en compañía de su familia”, finalizó.