• Después de varias experiencias tristes en la vida, ahora cuenta la peor de todas. Se citó en una plaza al que ya le tenía fichado como el rival, el que le tocó lo más valioso que tenía en la vida, su señora. Llegó hasta él por medio de mensajes del celular de su pareja, ella nunca supo nada.

Estuve en la cárcel un tiempo y en ese lapso mi señora me puso los cuernos, me enteré porque ella me lo confesó. Me dijo que solamente quería darme de probar la misma medicina, porque yo también la engañé en una ocasión.

Durante una de sus visitas a la cárcel, se enteró que yo recibía también a la otra y me trató de mujeriego incurable. Le lloré y pedí perdón, durante 8 meses fue en vano el sufrimiento porque en eso, ya me hizo saber de su traición. Me deprimí tanto que le corté a mi amante, aunque aún la frecuento, solo para desahogarme sexualmente y vengarme de mi señora.

Hace unos meses salí de prisión, me prometí enderezar mi camino, y recuperar todo lo que perdí. Sigo con mi señora porque la amo y porque tenemos un hijo, pero no pasa un día en que deje de pensar que “la única mujer” que creía diferente fue atendida por otro hombre. Hasta ¡cuando le hago el amor, pienso en eso!

No puedo perdonarla y de rabia salgo con la otra mujer, con mi amante de siempre. Yo sé que no está bien lo que hago, pero aparte de la rabia que le tengo por lo que me hizo ella, no me contenta en la cama.

Para mí es poco dos a tres veces por semana, comparando con lo de antes, teníamos dos veces todos los días y aparte somos jóvenes y a mí me gusta el sexo.

Yo la hubiese perdonado del todo si me hacía en otra circunstancia, pero me falló en el momento que yo más estaba sufriendo y necesitando de ella.

Ella me dijo que se vio con el tipo dos veces, pero yo no me di por vencido con su explicación y seguí investigando hasta llegar a la verdad.

Me enojé tanto, que tomé el celular de mi pareja y empecé a mensajear con el tipo, le saqué toda la información que quise y le cité en una plaza para conocerle. Le pedí que me diga cómo estaba vestido, me dijo todo, y vi quién era. Se trataba de un policía, al que yo conocía de vista. Me decía, ya te quiero ver mi amor, le respondí que no me diga más así, entonces me llamó y no atendí. Pasé por ahí y le miré mal, él se puso blanco y se metió a un supermercado. Desde ahí, me envía un mensaje diciéndome: “tranquilizate porque vos solo vas a perder”. No le dije nada que me pueda complicar. Lo único que le contesté fue que en la vida tenés que saber perder, y dejale en paz a mi señora. Mi señora nunca supo eso. Pero me dolió que estando preso me engañó con un policía.

Lo que quiero es que me digas cómo puedo superar esto, porque no puedo olvidar lo que me hizo de tanto que la amo, no quiero separarme de mi señora.

ANTONIO, DE ITAUGUÁ, 24 AÑOS

RESPUESTA: Siempre hay esperanzas para vivir mejor, talvez necesites terapia para olvidar y perdonar, pero en tu corazón y tu mente están todas las respuestas que buscas. Ya sea por capricho, orgullo o machismo adquirido por herencia, estás dejando pasar la oportunidad de ser feliz.

Lo único que lográs reviviendo una y otra vez el pasado es torturarte más y más, como que la culpa no te alcanza para seguir sufriendo. Si partes de la teoría que todas las mujeres son iguales, caerás en la cuenta de que todos los hombres también son así, y tienen la misma capacidad de elegir.

Eso de tener tanta potencia sexual que no te basta una mujer, es solo más de lo mismo: castigo-culpa, evadir la realidad, siempre haciendo el papel de víctima. Tomá el protagonismo de tu vida, trabajá, ocupá tu tiempo, terminá esos estudios que dejaste por el camino.