• DESDE ASIA. Hace cinco años que la paraguaya está recluida en una cárcel china por intentar pasar droga al país. Su espera sigue

Pasaron cinco años desde que la paraguaya Rosalía Amarilla terminó presa en Beijing, China, luego de intentar ingresar al país asiático 3 kilos de cocaína entre sus prendas, tras supuestamente ser obligada por una red de trata de personas. Su tiempo es totalmente consumido por las arduas horas de trabajo que debe cumplir en la cárcel donde está. A pesar de ello, no pasa un segundo en que ella no piense en su pequeño hijo de ocho años, a quien dejó cuando apenas tenía tres añitos.

Su hermana Patricia Amarilla comentó que cada mes el pequeño recibe tarjetitas y cartas de su mamá, quien así busca que su hijo nunca la olvide. “Le dice que está trabajando y que no puede venir aún, pero que no dude un segundo que le ama muchísimo. Yo creo que una de las cosas que le mantienen fuerte a ella es su hijo”, explicó Patricia.

Una de las tristezas más grandes de Rosalía es justamente estar perdiéndose de toda la infancia de su retoñito, sin siquiera pedirlo, ya que ella habría ido a realizar el paso de esa droga obligada por esta red de tratas. “Hasta ahora lo que nos queda es pelear hasta lo último para ver si se la puede llegar a trasladar a cumplir su pena acá. Tenemos muchísimo apoyo de la Embajada de Argentina, ellos se van junto a ella, le llevan fotos, cartas nuestras”, relató Patricia. También le dan ayuda económica, ya que allá no le regalan un plato de comida, he’i.

Hasta ahora sigue vigente su cadena perpetua

A Rosalía primero le habían dado pena de muerte, pero meses después la condena cambió a cadena perpetua. La esperanza de los familiares es conseguir el traslado de Rosalía a Paraguay para que pueda cumplir aquí su pena. “Yo había escuchado que había posibilidades de trasladarla a Paraguay, pero no sabemos qué pasó con eso, igual no perdemos las esperanzas”, dijo Patricia.

Finalmente comentó que en esta época del año Rosalía fabrica palitos chinos para los restaurantes. Aprovechó para solicitar a nuestro Gobierno ayuda económica para su hermana.