Una infidelidad rompe con un elemento esencial dentro de la relación: la confianza. Sin embargo, su efecto es más dramático porque no solo se termina con la situación sentimental, sino se daña emocionalmente a la otra persona. Aunque, ¿quien engaña una vez, lo volverá hacer?

De acuerdo a un estudio de la Universidad de Denver, una pareja que ha engañado a su compañero en el pasado es 3 a 4 veces más propenso a volver a ser infiel en una relación posterior.

Con la participación, durante cinco años, de 484 personas de ambos sexos, la investigación también afirma que las personas que han sido traicionadas tienen más probabilidades de salir o entablar una nueva relación con personas infieles.

Además, aunque el compañero actual no sea infiel, quien ha vivido esta situación tiende a sentir celos, menos confianza y compromiso debido a los temores y resentimientos que no ha dejado atrás.

Por ello es importante ser capaz de enfrentarse a la posibilidad de que vos o tu pareja podría tener problemas para mantener la fidelidad, esto te permitirá tener un mayor control sobre las cosas que pueden pasar.

Acabó el amor

Cuando se percibe erróneamente que el amor se ha acabado en la relación, porque ya no se da la intensidad sexual y romántica propia de los primeros pasos en una relación se tiende a una infidelidad. La realidad es que en las parejas sanas, a medida que pasa el tiempo, el amor se transforma en mayor compromiso, intimidad y confianza.