ARGENTINA. En el cementerio de Frías, Santiago del Estero, familiares de Mauro Videla –uno de los tres adolescentes que fallecieron en un accidente de tránsito– se encontraban frente del nicho y escucharon ruidos. El adolescente de 18 años había chocado con su moto en la ruta 157, y de repente advirtieron que se oían “golpes” que provenían del interior del féretro.
Los encargados del cementerio rápidamente pidieron auxilio a la policía que confirmó la versión y llamaron a la fiscal, que también llegó hasta el lugar y al escuchar los extraños ruidos accedió al pedido de la familia y dejó que estos abrieran el cajón.
Pero el finado estaba ahí igualito y fue sepultado nuevamente.
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