El asfalto ardiente quema sus manos mientras cruza la calle. “Duele un poco, pero para mí ya no es nada, estoy acostumbrado”, decía don Orlando Lamber (71), mientras se secaba el sudor de la cara. Un trágico accidente lo dejó sin piernas, pero eso no fue impedimento para que él busque la manera de sentirse útil sirviendo a los demás y de paso se gane unas monedas para el pucherito del día.

Todos los días toma su colectivo bien temprano en el km 16 y medio de Capiatá rumbo al Mercado 4 de Asunción. Allí ayuda en lo que puede a los vendedores o propietarios de los locales, a veces a los propios clientes.

“De repente vengo, hago algo, ayudo con las bolsas en algún local o como puedo me gusta trabajar y servir a la gente, además me ayuda también para mi comida diaria. No me quejo de la gente, hay quienes me ven y me dan una ayuda sin pedir nada”, contó.

Todos lo conocen, ya que hace años forma parte de la gran familia de trabajadores del Mercado 4. Anteriormente venía con su motocarro, que está bien adaptado para que él pueda maniobrar con la mano. “Tengo todavía mi motocarro, y ya no vengo mucho en ese porque me cuesta con mi edad el tráfico ya, pero cuando tengo pedido de hacer traslados de mercadería traigo y hago también”, contó.

Era taxista, pero el freno le falló

Hace 40 años que don Orlando perdió ambas piernas cuando era taxista. Fue en un accidente donde chocó contra un colectivo. “Estaba manejando una Combi, los frenos no me respondían y entonces le choqué a un colectivo, ahí mismo perdí las piernas. Unos años estuve sin trabajar”, dijo.

Don Orlando mandó adaptar un vehículo para seguir trabajando como taxista cuando pudo y siguió en el rubro muchos años más, ya luego fue al mercado a trabajar como taxicarga, eso como hace 15 años por ahí ya. Ahora gana de acuerdo a lo que la gente le quiere dar cuando él ayuda en cosas simples.

“De que hay trabajo, hay trabajo, tenemos que ponerle ganas y hay que sacrificarse”, finalizó.

FAMILIA

Don Orlando es padre de tres hijos. Igualmente, él batalla para ganarse el pan diario, tanto para él y su señora.

TEMPRANO

Tempranito ya se levanta para hacer sus cosas y luego ya rumbea al Mercado 4 a realizar sus tareas allí.