GUSTAVO GALEANO. CORRESPONSAL

CIUDAD DEL ESTE. Una verdadera tragedia oiko en Minga Porã, de Alto Paraná. Un sesentón que no aguantó ver a su cuarentona con un puberto fue presa de sus más bajos impulsos y terminó asesinándola de nada menos que ¡56 estocadas!, de acuerdo a lo que informó el fiscal Adolfo Santander, que es el encargado de atender la causa.

Después de la tragedia, “oficial y suplente” se ganaron la pulsera de plata como sospechosos del crimen, empero, algunas contradicciones más la confesión del menor ahorraron más trabajo a los investigadores, quedando preso solo el marido de la finada.

“Primeramente la investigación apuntaba a ese puberto, pero después él mismo contó bien la situación. Dijo que él iba a estar con la mujer y que de repente llegó el marido. Entonces ‘corré’ le gritó ella, como sabiendo que iba a ser agredida”, contó el suboficial Luis Martínez, jefe de la filial del Departamento de Investigación de Delitos de la ciudad de San Alberto.

Ante el relato del menor, toda la sospecha se volcó hacía Anildo Dussmann, un rapai de 62 años de edad, pareja de la víctima identificada como Linda Da Silva (45), también brasileña. El arma blanca hasta el cierre de nuestra edición no se pudo identificar porque el sindicado como culpable aparentemente realizó una maniobra para intentar despistar a las autoridades.

Se ordenó arresto

El hombre acudió a la comisaría para denunciar que supuestamente halló muerta a su pareja en el baño de la vivienda. Tras contradicciones, se ordenó su detención.

El mitã’i “voló” por la ventana para salvar su pellejo he’i

Tras “volar” por la ventana de la casa, según sus propias declaraciones, el supuesto “sombrerito”, dijo que solo escuchó ruidos de la pared, pensando que el hombre estaba golpeando a la concubina, sin llevar en cuenta que sería los últimos suspiros. J.D.D.R, de 14 años, fue liberado y ya se encuentra bajo custodia de su familia.

Según los intervinientes, Dussmann habría limpiado la escena del crimen como así también el cuchillo utilizado para materializar el asesinato.