• CASI NADA. Poco o nada se van a consultar en el Centro Adicciones, he’i. “Es como hacer dieta en pleno diciembre”, he’i el dire Manuel Fresco.

Así como los “gorditos” no quieren ponerse a dieta en pleno diciembre, tampoco la gente alcohólica o adicta a algún tipo de droga se le ocurre desintoxicarse en esta época del año en que “todo el mundo” está en “pedo, farrea y se droga”. Así mismo lo admitió el doctor Manuel Fresco, director del Centro Nacional de Control de Adicciones.

El capo aseguró que incluso la merma de nuevos pacientes les obliga a cerrar las internaciones que tienen. “En general el nivel de consultas que se tienen en estas fechas disminuye hasta tal punto que nosotros cerramos las dos internaciones desde el 20 de diciembre hasta el 20 de enero más o menos. Para ellos es como hacer dieta, a nadie se le ocurre iniciarla en pleno diciembre”, he’i.

Por otro lado, explicó que cuando se reabre comienza lentamente un incremento sostenido de las consultas y el ingreso de nuevos pacientes. “El aumento se va dando poco a poco, y cuando más se nota un mayor nivel de consultas es habitualmente en julio, agosto y setiembre”, siguió.

Explicó que la mayoría de las personas adictas va recién de forma voluntaria a pedir ayuda cuando “toca fondo”, pero que en un segundo plano están los que van presionados por la familia y finalmente los que ingresan por orden judicial.

“Es importante aclarar que hay dos formas de tratamiento, una es por internación y la otra de forma ambulatoria”, dijo.

Los casos que más suelen recibir son los trastornos por consumo de múltiples sustancias, o sea varios tipos de droga: alcohol, tabaco, cocaína, marihuana, entre otros.

Niños a partir de nueve años de edad son tratados en el Centro

Si bien, el rango de edad de pacientes que tienen en el Centro de Adicciones es de 15 a 25 años de edad, también hay niños a partir de 9 años de edad que están recibiendo tratamiento. “Tenemos internación para niños, y en su mayoría se trata de gente en situación de calle”, remarcó Fresco.

Dijo finalmente que lo más reconfortable para todos los que trabajan en la institución es ver a los jóvenes que siguieron tratamiento salir del “hoyo” a donde cayeron y ver cómo tratan de crecer y afrontar la vida de manera saludable y honesta.

“Da gusto porque uno ve chicos de 15 a 16 años, que si no cambian van a tirar su vida a la basura. Cuando uno ve que una persona que estuvo muy mal, y luego cómo se recupera, cómo vuelve al colegio, a trabajar, es muy satisfactorio”, aseguró.

1000 por año

Nuevos pacientes, aproximadamente, recibe el Centro de Control de Adicciones.