FOTO: BENDICIÓN. Su madre fue a visitarlo en el cuartel en donde está sirviendo a su patria.

EXPERIENCIA. Joven contó cómo era su vida antes de abrazar el uniforme y presta servicio ahora en el árido Chaco paraguayo

Mientras en las redes sociales muchas personas debaten y discuten si está bien o está mal el servicio militar obligatorio o se anotan como objetor, otros jóvenes en cambio optaron por ir como soldado en el Ejército.

Este es el caso de Bruno César Cuenca Acuña (18), quien decidió dar un giro a su vida al darse cuenta que muchas cosas no estaban marchando como él quería. Contó que es amante del fútbol y un gran arquero que lastimosamente no tuvo la suerte de poder seguir esta pasión, hoy se encuentra en la 5ª División de Infantería “Cap. Pablo Lagerenza” en el Chaco paraguayo.

Bruno cumplió la mayoría de edad y avisó a sus padres Julio y Carmen, que quería cambiar, pues en un momento dado ingresó como barrabrava de su querido Olimpia, y que esa vida no lo llevaría a ninguna parte, hizo buenos amigos y otros no tan buenos, he’i.

Un día se sentó a pensar en que debía salir de ese ritmo de vida, fue a anotarse como soldado, hoy se encuentra feliz de la decisión que tomó. “Para alegría de mi madre aprendí a comer verduras, limpié, cosí mi uniforme, lustré mis zapatos y botas, lavé mi ropa, barrí, repasé y limpié baños, patios, jardines y cuarteles que fueron mi segundo hogar”, comentó.
Agregó que para orgullo de su padre “aprendí con mucha responsabilidad y entrega a hacer las tareas que se me asignaban, el valor de las cosas, a valorar lo que tengo y lo que no tengo, a trabajar en equipo y ganar con mi sudor y sacrificio la comida del día a día”.

Según el relato del joven, todas estas enseñanzas también las recibió en su casa, pero que no es lo mismo aprender “por la costilla”. “En el cuartel es otra cosa, hasta tengo decidido que al salir de aquí volveré a retomar mis estudios secundarios y salir adelante”, indicó.