• SOBRE RUEDAS. Inspirado en el famoso “motopancho”, él creo la nueva manera de vender remedio refrescante

Mientras unas gotas de sudor caían por su frente debido al intenso calor, Ramón Espínola (38) saludaba amablemente a la gente que pasaba por allí, mientras acomodaba su mercadería y el llamativo cartel donde anuncia: “motoyuyo”.

Hace unos 8 días que Ramón decidió colocar su puesto de venta de remedios refrescantes a una cuadra del conocido “club del pueblo” Cerro Porteño, lugar donde se le puede encontrar de 7 a 12 del mediodía.
Ramón se había quedado sin laburo, lo que le llevó a idear nuevas formas de ingreso. “Como conocía el famoso ‘motopancho’ y me quedé sin trabajo, decidí hacer ‘motoyuyo’. Vine a preguntarle a los taxista si me daban un poco de su espacio y sin problema me cedieron y así empecé”, contó el motoyuyero.

Relató que durante mucho tiempo trabajó en un supermercado en el sector de panadería, pero el pasado 1 de enero cumplió con su preaviso y sin tener mucha suerte no volvió a conseguir otro trabajo dentro del rubro. “Busqué mucho, repartí mi currículum pero todo quedó en el ‘te vamos a llamar’ y nunca pasó nada, entonces ya me desesperé ante la falta de trabajo”, he’i Ramón.

A pesar de no conseguir trabajo en su verdadera profesión, aprovechando la larga tarde, luego de llegar a su casa se mete a la cocina y prepara unos ricos bollos o masitas que luego sale a vender y así juntar más platita. “Sigo haciendo cosas dulces, a la tardecita salgo a vender. Mi señora vende también remedio yuyo frente a mi casa en barrio Republicano y así nos manejamos”, terminó diciendo el karai.

FAMILIA

Ramón está casado hace 14 años, es padre de un niña de 9 años. Actualmente vive en el barrio Republicano, pero nació en el barrio Santa Ana de Asunción.