• DE TODOS LADOS. Vendedores ambulantes, trabajadores del camposanto y gente de todas partes llegan junto a ella

La historia cuenta que Myriam fue una niñita huérfana que padeció de un tumor. Una familia la tomó por adopción y le dio todo su amor. Se encargaron de cuidarla, de su tratamiento, pero lastimosamente la pequeña falleció por culpa del mal que la aquejaba. Fue enterrada en el cementerio, donde le construyeron un panteón.

Desde esa vez, se convirtió en un sitio de fe y esperanza en medio de la muerte. Su lugar de descanso está repleto de regalos como muñecas, juguetes y hasta incluso le dejan dinero en agradecimiento por los “milagros” que ya realizó.

“La devoción hacia ella empezó hace muchos años con una persona que le rezó y sanó de una enfermedad. Desde esa vez la gente que viene junto a ella se multiplicó de gran manera. Incluso hasta plata le dejan en su panteón”, comentó ña Máxima Casco, quien hace más de 38 años vende flores en el camposanto.

Trabajadores, estudiantes, niños con sus padres, personas enfermas o hasta quienes se sienten afectados por “mal de amores” le rezan ndaje con fervor frente al panteón de la finadita.

Nicolás González es uno de ellos. El joven trabaja hace 14 años como cuidador en el cementerio y no deja pasar un solo día en acercarse al oratorio de Myriam para rezar y agradecerle los favores recibidos.

“Gracias a ella tengo salud y trabajo. Mi testimonio es que le pedí que todo me vaya bien para tener un auto, algo que parecía casi imposible, y ahora ya lo compré. Además estudio, voy al segundo año de la carrera de Nutrición. Desde que me encomendé a ella me va mucho mejor. Todo es gracias a que intercedió ante Dios. Se lo debo todo”, dijo. “Dinero y todo le deja la gente para agradecerle el milagro”, finalizó.

Vino desde España para hermosearle su panteón

“Todo es cuestión de fe. La gente cree que ella les cumple los deseos. Hablan de sus milagros, incluso muchos de los que trabajan acá. Es visitada todos los días por personas que vienen de diferentes partes del país”, comentó por su parte don Carlos, uno de los panteoneros del lugar.

El don omombe’u avei que un devoto que radica en España, vino de visita al país y aprovechó para hermosear el sitio. “Mandó a poner los azulejos nuevos. Quedó hermoso. Él contó que esta niña hizo mucho en su vida”, explicó.

“Es una santa para todos los sanlorenzanos” he’i

“Los milagros que ya realizó al interceder ante Dios son muchísimos. Los testimonios abundan, yo soy uno de ellos”, agregó Nicolás. El joven comentó que le gustaría que la niñita Myriam se convierta en santa alguna vez. “Es una santa para todos los sanlorenzanos. Ojalá algún día, todos lo vean así”, agregó. La misma opinión tiene ña Máxima. “Sin dudas es la santa de la ciudad. La mayoría de los que trabajamos aquí rezamos y le prendemos vela todos los días y nos brinda protección y tranquilidad”, agregó.

Significado

Médicos espirituales comentan que los que dejan plata a los finadokuéra y lo hacen de buena fe es para que no les falte nunca la plata, comida, o sea, piden abundancia.

Oñemonda

Los que rondan por el camposanto comentaron que unas cuantas veces la plata que los devotos le dejan a la niñita Myriam fue robada por delincuentes. Además, la plata es utilizada para comprar velas umía.