• SE JUSTIFICÓ. La mujer dijo que ya no sabe cómo “atajarle” porque el mitã’i es demasiado akãhatã
• GRITOS EN LA TARDE. En la zona del Puente Remanso un niño fue rescatado gracias a los vecinos que lo escucharon gritando en su casa. El caso está en manos de la Fiscalía

REMANSO. Un niño de solo siete años estaba gritando desesperado desde su precaria vivienda, en inmediaciones del Puente Remanso, ciudad de Mariano Roque Alonso. Tras la denuncia de los vecinos, los policías llegaron a la casa y al entrar encontraron al mitã’i encadenado de pies y manos.

El menor fue rescatado gracias a la intervención policial, que se dio gracias a la denuncia de los vecinos que desesperados llamaron al Sistema 911 alertando sobre el hecho. La madre del inocente aseguró que hizo eso solo para salir a trabajar, ya que ndaje la criatura realiza robos en la zona. “Muchos se quejan de él, siete años tiene pero no me escucha, no entiende. Él hace eso desde que su papá me dejó, hace un año, se fue con su otra pareja”, omombe’u doña SSGF, la mamá del menor. La misma he’i que se dedica a reciclar basura y vender yuyos.

Desde la Comisaría 26.ª Central, que intervino en el caso, afirmaron que en la dependencia policial nunca se recibió ninguna denuncia sobre algún hecho punible en contra del menor. “La denuncia se recibió a las 9:50. Estaba atado de pies y manos con la cadena, por lo cual se procedió a llamar a la fiscalía que a su vez convocaron a la Codeni y se procedió a liberar a la criatura”, omombe’u el comisario Eduardo Pereira, jefe de la 26 Central. Se omiten los datos del menor y su madre para proteger la integridad del niño.

9:50 HORAS

A esa hora los vecinos llamaron a la Policía a denunciar que escuchaban los gritos que salían de la vivienda donde estaba el niño.

EN LA CAMA

El pequeño estaba encadenado de pies y manos por la cama, donde estuvo varios minutos gritando y llorando desesperadamente.

“NDAIKUAÁI MBA’ÉPA AJAPÓTA”

La doña omombe’u avei que es la primera vez que lo amarró con cadenas, pero que antes lo hacía solo con cables, para poder salir a trabajar. Avei contó que el papá de sus hijos solo le pasa 400 mil guaraníes y que eso no alcanza, por lo que sale a trabajar de recicladora y yuyera durante todo el día. La misma tiene otro hijo mayor. “Yo le digo siempre que no salga y no me escucha, ndaikuaavéima mba’épa ajapóta. Ya me dijeron algunos vecinos que se va a robar, por eso nomás hice eso”, he’i en su defensa la mamá del nene.