RELATO. Comentó que quedó en silla de ruedas al ser agredida por su expareja. “Solo pido a Dios que a mis niños nunca les falte que comer”

“A mi recorrer en silla de ruedas y que todos me miren no me afecta. Lo que me afectaría es que mis niños no tengan un plato de comida”. La que habla es doña Simeona (40), quien toma las experiencias de la vida como un impulso para intentar salir adelante, pese a las dificultades que estas representan.

Hace unos años la mujer quedó paralítica porque su exconcubino la pateó y quebró su columna, según contó. Como si esto fuera poco, unos días después el “valiente hombre” tomó todas las cosas materiales que había en la casa y la abandonó, dejó a su suerte a la doña y a sus tres hijos, siempre según su relato. Y para completar, una de sus hermanas se fue de la casa y ella se tuvo que hacerse cargo de sus siete hijos.

Pese a su triste historia, ña Simeona no dacayó y les puso el pecho a los obstáculos. Todos los días, bien temprano, sale de su vivienda -ubicada en la fracción Monte Alto, de Luque- en su vieja silla de ruedas a recorrer por el centro de la ciudad para vender diferentes productos que le permiten generar un ingreso para su familia.

“Si yo no me muevo, mis hijos no van a comer. Hay que luchar en esta vida”, dijo la guapa kuñakarai mientras ofrecía sus frutas. “Tengo tres hijos y ahora cuido de mis siete sobrinos. Yo solo pido a Dios que a mis niños nunca les falte qué comer”, agregó. “Por día suelo hacer 20 mil guaraníes. De eso me las arreglo para comer entre todos. También, Dios pone gente buena en mi camino y algunos comerciantes me regalan pollos y verduras”, agregó.

Esperanza: “Volver a caminar”

Ña Simeona dijo que se debe someter a un tratamiento para tratar de superar la lesión que sufrió en la columna o al menos aliviar un poco el dolor que siente todos los días. Pero comentó que no cuenta con recursos para hacerlo. “Lastimosamente la plata no me alcanza”, dijo. “Pero yo no pierdo la esperanza de volver a caminar y así luchar mejor por mis hijos”, dijo. Además, la silla de ruedas que utiliza ya es muy vieja y le cuesta movilizarse.

Mencionó que su esperanza es encontrar personas de buen corazón que la ayuden a conseguir un profesional que la asista, como así también a conseguir una silla de ruedas nueva. “Mis hijos me mantienen con esperanzas de seguir luchando. Con fe, sé que esto va a cambiar”, finalizó.

PARA AYUDAR

Si querés ayudar a doña Simeona para su tratamiento, con una silla de ruedas o víveres, podés llamar al (0982) 97 34 17.